LA
IMPORTANCIA DEL PERO 9-6-2023
Resulta muy habitual entre personas de toda
índole y condición la utilización de la conjunción adversativa PERO precedida
de una negación. La conjunción PERO
aporta en una frase la contraposición entre dos términos. Eso dice la gramática
pero observen que más que contraposición lo que indican los PEROS
contradicciones, incongruencias, incoherencias y falsedades. Vean : yo NO soy egoísta PERO…solo me quiero a mi
mismo, lo mío es lo primero, el bien común me importa un bledo ; Yo NO soy racista PERO no me gustan los
gitanos, no me gustan los inmigrantes ; yo NO soy machista pero abuso de mi
condición masculina, en mi casa mando yo; yo NO soy terraplanista PERO lo del
cambio climático es camelo; Yo NO tengo nada en contra de las personas de
color, PERO en Africa, salvo que sean
estrellas ; Yo NO soy xenófobo PERO los
españoles primero, que nos quitan el trabajo ; yo NO soy aporófobo PERO ..los
pobres lo más lejos posible, con una limosna basta. Y así indefinidamente se
podrían poner más ejemplos donde el PERO es lo fundamental. En todas esas
frases asertivas, pronunciadas con énfasis como para justificarnos o
convencernos a nosotros mismos, la importancia está en el PERO, en esa
inflexión que supone la conjunción adversativa, de tal manera que es esa
segunda parte de la frase la que tiene fuerza, la que tiene veracidad.
Somos fans de la conjunción adversativa cuando se
trata de proclamar, de “fardar” lo que
en verdad no somos. Y es que la verdad esta en la segunda parte de la oración
compuesta. Por mucha afirmación, énfasis, asertividad que pongamos en el “yo no soy tal pero…” , la
clave esta en lo que viene detrás del pero. Mucho afirmar de boquilla pero nuestras
conductas, nuestro talante, nuestros hechos nos delatan.
No tengo nada en contra de la adversativa, solo pido que la usemos con
propiedad. Veo más honesto decir, por ejemplo, “Yo SÍ soy racista, pero…” Es
decir, empezar asumiendo nuestros fallos, nuestras carencias. Tenemos un racismo de origen, propio de quienes vivimos
en una sociedad culturalmente
racista educados en una idea
restringida y excluyente del español como alguien blanco (y católico y
heterosexual y hombre…). Del mismo modo veo mas honesto reconocer que por muy
feministas que nos digamos, mantenemos un fondo machista que nos asoma a poco
que bajamos la guardia. SI yo soy machista , lo reconozco PERO….intento
cambiar. O decir : “si, yo soy egoísta en muchas ocasiones, lo reconozco PERO…
Asumirlo es la primera condición para empezar a cambiar. Y es a partir de ese “pero” que podemos tomar
medidas para no solo dejar de ser racistas, machistas, egoistas, negacionistas
o xenofobos que está bien pero no es suficiente: hay que actuar en positivo, no
solo de palabra. Decia Adela Cortina que tenemos una conciencia y una ética
verbalizada que no se corresponde a veces con nuestra practica. Primera leccion
: Empezaremos por no votar a partidos
que fomentan el racismo, la
insolidaridad, el machismo, el negacionismo, en definitiva, el odio . Eso esta
en nuestras manos. Pensemos que ciertas transformaciones sociales no serán
nunca producto de una acción de gobierno sino fruto del raciocinio personal y de
actuar utilizando la herramienta mas potente que se conoce : la educación. Y luego ya si eso, sumarnos a quienes tienen la adversativa mucho
más pequeña que la nuestra y quieren
combatir esos ismos. Porque esta lucha no es individual sino colectiva y porque
la satisfacción individual dentro de la
frustración colectiva no sirve para nada.
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