jueves, 29 de julio de 2021

 

CUATRO PASOS ATRÁS  ( 30-07-2021)

Es el último picotazo de la temporada y va a ser breve. Pandemia es una palabra maldita. Es un castigo. Es de la estirpe de hecatombe, de catástrofe, de  apocalipsis, esos compuestos griegos que anuncian lo terrible. Pan es todos, demos es pueblo. Una pandemia es lo que le sucede a todo el pueblo, a todos los pueblos.

Pues bien, en un mundo donde decir todos es un abuso del lenguaje, el tema de las vacunas muestran lo peor del sistema que nos gobierna. Los países más ricos las concentran como concentran todo el resto: riquezas, recursos, armas, saberes, la comida. Y  esa concentración hace que les falte a tantos otros. En estos pocos  meses de campañas, Norteamérica y Europa usaron casi la mitad de las vacunas que se aplicaron en el mundo siendo tan sólo el 10% del Planeta. Y aun así no consiguen curarse bien  porque se niegan a ponerse una vacuna, bien porque desconfían, bien porque son unos iluminados que pasan de la ciencia. Y mientras, el resto del planeta se degrada y se desangra y queda claro, cada vez más claro, que salvarse solos no sólo es cruel e  injusto sino algo  peor, que no sirve: que salvarse solos no es salvarse.  La pandemia es de todos.

Vivimos tiempos confusos, caóticos, dementes. Saramago escribió a propósito de su libro Todos los nombres que “ Las vidas son como los cuadros, que conviene siempre mirarlos cuatro pasos atrás”. 
Pues bien vivimos un tiempo en el que, como para entender los cuadros y las vidas, tenemos que dar  cuatro pasos atrás, para coger perspectiva y entender ciertas cosas.

Por un lado tenemos ya   viajes turísticos al espacio que son un exceso total; tenemos coches eléctricos que se conducen solos que ponen el pelo de punta; y tenemos pájaros metálicos llamados   drones que pueden grabarlo todo y representarlo todo en unos Juegos Olímpicos a toda la Humanidad. Y al mismo tiempo que eso sucede y que se presenta como lo más, tenemos también    una vuelta ideológica a la Edad Media, en la que partes amplias de la sociedad niegan el cambio climático, otros que afirman que la tierra es plana  y otros muchos que  tienen más miedo a una vacuna que a una pandemia. ¡El peligro es el virus, no la vacuna.!

Cuando uno mira detrás de la pantalla del ordenador y le hace caso a Saramago dando esos cuatro pasos atrás, entiende lo que de cerca parece increíble e inaceptable y que la sinrazón, la desmemoria y la estupidez también forman parte de nosotros mismos , los sapiens del siglo XXI. Cuatro pasos atrás para entender lo visible, la realidad y es  que sólo nos queda el  aceptar con naturalidad la confusión del momento. Entender que  la estupidez y los negacionistas de los derechos más básicos son parte de este juego por mucho que nos inquiete a los yonkis de la lógica, a los enganchados a eso de ordenar racionalmente las ideas y las palabras   de un modo justo para poder entenderlas.

Y, por supuesto, hay que retirarse cuatro pasos atrás para entender también que tanta confusión  y tanta  crispación acumuladas en los últimos tiempos provoquen en algunos de nosotros  la tentación de irse al monte o, lo que es lo mismo, de apagar la tele e internet. Es natural. E incluso sano y , por ende, recomendable. Aquí en el solar patrio llevamos año y medio de pandemia vivida en vilo. Agotador e insoportable  en lo político, en lo mediático, en lo social. Año y medio de auge de la estupidez y del odio. Saldremos mejores, dijeron. Ja.  

Ahora que se ha celebrado ( ¿ Se ha celebrado?) el aniversario de la muerte de nuestro ínclito Antonio Machado echo mano de ese verso que dicen que encontraron en su chaqueta el día que murió exiliado en Collioure: “Estos días azules y este sol de la infancia”. Entre tanto caos, dolor e irracionalidad, Machado murió pudiendo mirar  a los cielos, limpios del odio que lo expulsó de su España  y reivindicar  la época en la que todo estaba en orden, la infancia. Ochenta y un año después, quizá toque dar cuatro pasos atrás para entender que de la estupidez y del hastío del momento sólo se sale retrocediendo, si se tiene un lugar al que querer ir mentalmente . Y ese lugar bien puede ser la infancia presidida por una cierta ingenuidad y transparencia, al menos hasta ahora. Con razón Rilke decía desde Ronda que la verdadera patria del hombre es su infancia

Será duro aceptar, ya en una cierta senectud como Saramago ,  que  la crueldad y la estupidez de este primer mundo  del que presumimos  serán tan sólo una   molestia  que nos acompañará en el  camino el resto de los días y que será preciso dar cuatro pasos atrás para sobrevivir a tamaño espanto y reencontrarse con algo inocente y limpio, como cuando éramos niños. La vida puede ser ida y vuelta.

Nada más. Felices días azules y cuidado con el odio que está que muerde.
 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 22 de julio de 2021

 

CUANDO MÁS ES MENOS ( 23-07-2021)

En medio de la superabundancia y el derroche que nos caracteriza , lo contradictorio  es que aparece en el horizonte  una nueva palabra que tiene que ver con la escasez. Escasez de gas natural ,  de materiales de construcción, escasez de pintura, escasez de materias primas, escasez de chips que está  poniendo contra las cuerdas a las empresas tecnológicas, escasez de  los minerales con los que se fabrican los fertilizantes químicos que afecta de forma alarmante a la agricultura en plan intensiva.

En conjunto este panorama de escasez nos envía una señal inequívoca de que estamos ante  un límite de los actuales modelos de producción, consumo y formas de vivir. Una auténtica crisis  que tiene su origen en la lógica del sistema en que vivimos cuya única razón de ser  es el  crecimiento continuo, aunque conduzca al abismo. De tal manera que al capitalismo del desastre inducido por la lógica perversa del crecimiento permanente se une ahora el capitalismo de la escasez: se está convirtiendo en escaso lo que antes era suficiente. Y la escasez tiene que ver con la existencia de límites pero también con el uso irracional y con la falta de justicia distributiva, con la igualdad. 

Lamento aguarles un poco el descanso veraniego con picotazos y pensamientos  como estos pero el tema de la luz me lleva a imaginar el futuro y las posibles salidas a la gravedad del momento presente. La incapacidad para someter a las eléctricas es de manual. Son ellas quienes tienen el poder, no el Gobierno. O sea. Por otro lado,  pensemos  que  no hay salidas  justas y viables  a estas situaciones sin reconocer que el decrecimiento de la economía global es simplemente imprescindible. Y esto a lo mejor tiene que ver con su bronceado o su aire acondicionado.

No encarar este debate conjuntamente –por crudo que sea–  sobre la superación de los límites  y sobre el poderío de las eléctricas en España no va a hacer que el problema desaparezca. Más bien supone perder tiempo y oportunidades para construir una comunidad que comprenda el momento que vivimos;  y sobre todo, deja huecos que están ocupando deliberada y planificadamente sectores de ultraderecha que niegan el problema de origen y apuntan con el dedo a falsos culpables (migrantes, mujeres o ecologistas). 

Gobernar siempre ha tenido que ver con administrar límites y estos, en lo material, son cada vez más estrechos, sobre todo si tiemblan las piernas.  Pero si decimos poner en el centro como prioridad  unas condiciones de vida dignas para todos, las claves ineludibles van a ser aprender a vivir con lo suficiente, el reparto de riqueza y obligaciones,  el cuidado de los cuerpos vulnerables y la corresponsabilidad. Si no, la escasez que ya está aquí la gobernará el mercado. Y a éste, las condiciones de vida de la gente le importa un carajo, como se está viendo con el precio de la luz estas semanas.

El Gobierno está intentando desincentivar el consumo eléctrico en los tramos de máxima demanda  pero , a mi juicio, es un error   hacerlo sólo con soluciones de mercado, sin explicación y debate, sin tarifas progresivas y sociales,  y sin meter mano al oligopolio que es en España el mercado eléctrico. Y mientras,  las empresas eléctricas salivan.

Hacer algo pero sin molestar a los mercados produce una consecuencia inmediata que es  que la escasez impacta de forma absolutamente injusta en el precariado. Asumir que no hay más narices que  jugar en el terreno de juego de los mercados como única posibilidad y horizonte es apostar  por salidas que no resuelven problemas estructurales y que llevan  a muchas personas a abrazar las promesas  de los neopopulismos ultraderechistas.

Ojalá estuviésemos en condiciones de afrontar  el presente con meros retoques progresistas. No es así. Hacen falta cambios profundos en la producción, en el consumo y en las formas de vida. En el plano material, la palabra clave es menos en términos absolutos: menos agua, menos energía, menos emisiones. Estos cambios se traducen en menos viajes, menos alimentos lejanos, menos carne… la palabra menos es importante y casi nadie en el plano político institucional se atreve a plantearlo con claridad. ¿ Por qué?  Porque hablar con claridad de estas cosas supone un suicidio electoral. Resultado :  no se habla con claridad del atolladero en el que estamos.

Nos encontramos entre la espada y la pared : el sistema acabará con los más desprotegidos y vulnerables o planteamos con valentía afrontar este problema para lo cual hay que contar con  una ciudadanía crítica y comprometida. De momento estamos aprendiendo a gestionar bien nuestra demanda eléctrica. Ahora hace falta que el gobierno tome algo contra la impotencia. Gracias por estar ahí

lunes, 19 de julio de 2021

 

LA PANCARTA  ( 16-07-2021)

 

En una pancarta de una manifestación madrileña a la que asistí y cuyo motivo no recuerdo leí una frase que no he olvidado con el paso del tiempo. Decía así : “ El Gobierno no te ha engañado, es que tú eres torpe”. Y no la he olvidado porque la rescato con bastante asiduidad ante los mil y un motivos para resolver contradicciones, desencantos o situaciones sin aparente sentido y repetirme a mÍ mismo que no es difícil  engañarme porque a veces me comporto como un torpe.

Ahora, con motivo de lo que escribí hace sólo una semana acerca de la necesidad de poner límites al crecimiento en el planeta dadas sus limitaciones obvias y de dar paso al decrecimiento general  como principio que habrá de salvarnos a todos, ahora-repito-vuelvo a la carga para añadir a lo ya dicho que aquí realmente ya no nos engaña nadie, nos dejamos engañar, porque nosotros todos hemos sucumbido al capitalismo en principio con ingenuidad pero ahora con alevosía vista la indolencia para cambiar nuestros estilos de vida.

El capitalismo, para bien y para mal, es el responsable al menos hasta ahora, de la producción de bienes sin límites, del consumo sin límites, del derroche sin límites y del beneficio sin límites . Y por ello  está en la base de cualquier análisis que se pretenda hacer acerca de los problemas actuales tanto de superabundancia y de derroche como de escasez y de miseria. Como único sistema globalizado que impera en este planeta el sistema capitalista  ha ido perfeccionando con el tiempo los mecanismos de apropiación de todo lo que se menea en el planeta:  tierra, agua, energía, animales, minerales, urbanización masiva, privatizaciones y explotación de trabajo humano, capital,  instrumentos financieros,  deuda,  compañías aseguradoras. Todos los bienes, todos los servicios, todos los trabajos y quienes lo realizan pasados a ser llamados sin rubor “recursos humanos”.  

Vemos cómo aumenta el -llamémosle eufemísticamente- “desplazamiento” de pueblos y regiones enteras del planeta ; cómo muchos bienes públicos están siendo privatizados; cómo para mucha gente el acceso a la vivienda, la energía o agua se dificulta;  y vemos cómo se justifican y aumentan los fenómenos de explotación y precariedad de vida para la mayoría inmensa  de los seres humanos. Y vemos también, desgraciadamente, cómo las violencias de todo tipo crecen ante este otro tipo de violencia.

Debo advertir que no estoy hablando de política sino de ecologismo. Mucha gente piensa que la ecología es no tirar papeles al suelo , hacer turismo rural y cuidar las macetas, pero no; ecologismo es ver la realidad como un todo, es entender que todo lo que sucede en el planeta se relaciona, que la vida  no nos pertenece sino que nosotros pertenecemos a la vida  y es  pensar que no hay planeta B. Entendido así, el ecologismo integra a determinadas  ideologías y excluye a otras  pues en el análisis de las causas de cómo y por qué hemos llegado hasta aquí nos topamos con las distintas formas de pensar , sus influencias y responsabilidades.

Pues bien , ante  la descripción del desastre  que está suponiendo el triunfo del capitalismo para La Tierra (que incluye al género humano) en estos 300 años de existencia , que es real y que no admite interpretaciones de tipo ideológico , y ante la falta de respuesta global y soluciones a escala  planetaria  como global y planetario es el desastre provocado , no cabe ya refugiarse en la ignorancia o la torpeza como rezaba la pancarta. Deberíamos acabar con  nuestra complicidad en el desastre pues ninguno de nosotros es ajeno al sistema, y deberíamos no despreciar los avisos, la información procedente de la ciencia que nos dice que estamos ya  no en la era de las causas- que parecen bastante claras- sino en la de las consecuencias, precisamente para actuar en consecuencia.   

Hoy ya a la altura del primer cuarto del siglo XXI , lamentablemente, no estamos en disposición de pensar en un desarrollo sostenible, quizás viable en los años ochenta del siglo pasado, sino más bien en adaptar rápidamente nuestras sociedades para aguantar en las mejores condiciones posibles lo que ya empezamos a ver. Si no se vislumbran soluciones globales , a falta de una gobernanza mundial,   al menos comencemos la reconquista de nuestras propias conciencias apoyando proyectos e iniciativas transformadoras aunque sean pequeñas, porque lo pequeño es hermoso  como escribió Schumaker.  Y busquemos a nuestros semejantes,  que los tenemos al lado. Torpes pero con conciencia.

 Gracias por estar ahí.

 

viernes, 9 de julio de 2021

 

EUTOPÍA ( 9-07-2021)

Deliberadamente no pretendo hablar de chuletones al punto. En política , como en otros géneros de la vida, hay cosas que tocan y cosas que no tocan. Y , en mi opinión, el tema del consumo de carne no toca ahora. Y , sobre todo, no toca así, frívolamente, en plan sálvame de luxe lanzándolo a la vorágine estival que todo lo traga pero sin digerir. Quiero decir que no se puede echar sin más  a las fauces de buena parte de la ciudadanía-  que en estos momentos o está en bañador o de botellón-  un tema de calado en su triple vertiente:  la de la salud , la de la economía y la del medio ambiente, sin darle una pátina al menos de seriedad, de cientificidad, sin provocar reflexiones críticas acompañadas de conocimiento debido pensando en propiciar   cambios en los paradigmas respectivos tanto en su  relación con la sostenibilidad como de la salud o de la economía. Como no se ha hecho así, yo más bien creo que el objetivo de este lanzamiento veraniego es servir de  cortina de humo para algo, ser  serpiente de verano, un espot publicitario.

 

Lo que sí toca ahora  es recordar que muy pronto se cumplirá el 50 aniversario del Informe del Club de Roma sobre los límites del crecimiento del planeta que decía – muy resumidamente- una cosa muy sencilla y fácil de comprender : que el crecimiento ilimitado en un medio limitado es imposible. Es decir , que el consumo sin límites, como si fueran inagotables, de todo tipo de bienes por parte de la población del planeta siendo La Tierra un medio limitado es sencillamente inviable, no ya por razones ecológicas , medioambientales o ideológicas   sino por las propias leyes físicas de la naturaleza.   Y advertía ya en 1.972 que, de no frenarse la tendencia al crecimiento exponencial de la economía, los ciclos naturales básicos  se desestabilizarían y pondrían en riesgo la propia supervivencia de las especies , incluida la humana.

 

Pues bien , ya desde fines del siglo pasado, hemos rebasado todos los límites que señalaba el Club de Roma, a juicio del mundo de la ciencia. Y no porque la población humana haya crecido tanto que sea una amenaza cierta para el planeta. Está demostrado que el planeta puede sostener perfectamente a la población actual y asumir un mayor crecimiento. Lo que el planeta no puede admitir es  el estilo de vida de unos cuantos. Decía Gandhi que “ En la Tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos; pero no tanto como para satisfacer la codicia y la avaricia de algunos”.

 

Una científica y ecologista española -Yayo Herreros- viene manteniendo hace tiempo que  “ Los estilos de vida actuales –asimétricos y desiguales– están colapsando las funciones ecosistémicas y agotando los bienes no renovables sobre los que se apoya la producción de bienes y servicios y la regeneración de los sistemas vivos. Las posibilidades de crecimiento en un “mundo lleno” se ven seriamente comprometidas.” Hasta el punto , según  ella , de que el progreso material ilimitado es una fantasía, por no decir una utopía y habría que afrontar el decrecimiento, reducir consumos, energía, recursos de todo tipo. Evidentemente esto del decrecimiento habría que plantearlo debidamente y no en un simple picotazo de un colaborador de la SER un viernes de julio  y para que no pase como con lo de la carne de vaca y sus flatulencias.  

 

Precisamente en Marbella tenemos  una especie de burbuja que pretende practicar la coherencia entre lo que defendemos  a nivel verbal y lo que hacemos a nivel real. Se trata de Arboretum, una Fundación y Asociación sin ánimo de lucro que impulsa proyectos saludables y sostenibles, con la vista siempre puesta en crear comunidad , compromisos, tejer redes  y no sólo ofrecer palabras y retóricas vacías. Uno de esos proyectos es EUTOPÍA. ¿ Qué quiere decir Eutopía? Es una palabra que viene del griego y significa un buen lugar al que ir, al que dirigirse , al que aplicarse.  Más que un lugar para sestear desentendiéndose del mundo en que vivimos , es un lugar al que llegar . Desde ese sentido, a mí me sugiere a  la Itaca de Ulises a la que cantaba Kavafis

Ten siempre a Itaca en tu mente. Llegar allí es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje. Mejor que dure muchos años y atracar, viejo ya, en la isla, enriquecido de cuanto ganaste en el camino, sin esperar a que Itaca te enriquezca. Itaca te brindó tan hermoso viaje. Sin ella no habrías emprendido el camino. Pero no tiene ya nada que darte.

¿ Y  a qué se dedica el proyecto Eutopía de Arboretum, en qué consiste ese viaje particular a Itaca? Básicamente a trabajar la tierra y a agradecerla , a disfrutarla, a repensar nuestro estilo de vida, a educarnos, a conocernos a nosotros mismos. Demasiado, no? Pues no, porque todo ello se practica  con humildad.

 

Así que olvídense del chuletón al punto y piensen en Eutopía, en Itaca.

 

Gracias por estar ahí. Seguirá. Buenas tardes

                                   

Enrique Monterroso Madueño

 

 

 

 

viernes, 2 de julio de 2021

 

YOLANDA LA PELIGROSA ( 2-7-2021)

Acaba de decir la ministra de Trabajo que se está demostrando con los datos en la mano que “es compatible la protección social y la eficiencia económica”, algo que se viene defendiendo hace largo tiempo por los expertos no  contaminados por ideologías ultraliberales. En efecto, todo parece indicar que entramos en una fase en la que vamos a poder recuperar la normalidad prepandémica en materia de empleo y de cotizaciones a la seguridad social, que no es que fuera antes  para tirar cohetes de satisfacción  pero sí un anhelo casi general en plenos tiempos del cólera pues la normalidad acaso sea justamente eso, que se puede proteger a los más débiles al tiempo que se crece económicamente.  

De histórico han calificado esta mañana los analistas los datos de empleo de junio y su correspondiente elevación de ingresos de la seguridad social. Sin duda que puede resultar histórico este dato de hoy pero a mi lo que de verdad me parece histórico es ver y comprobar cómo es posible la concertación , el acuerdo y el diálogo social entre la patronal, los sindicatos y el propio gobierno. Esto me parece inaudito. Cuando muchos grajos esperaban lo contrario, que la ministra del gobierno “socialcomunista” haya sido capaz de lograr los consensos que estamos viendo, es para anotarlo en el “guines” de los aciertos de gobiernos valientes. Con razón decía el otro día el ínclito Ansar que había que tomar nota y no olvidar el comportamiento y la actitud de los empresarios en el tema de los indultos, simplemente porque manifestaron su convencimiento de que había que favorecer todo lo que supusiera diálogo y búsqueda de soluciones. Les ha dolido.

Y es que el eje de la política española, a tenor de las afirmaciones y actitudes de ciertos medios de comunicación en España,  viene situando   el extremismo en este país en el socio del gobierno de coalición al tiempo que  pasa de puntillas por las políticas y las burradas que defienden tanto los abascales como  los señoritos ultraliberales . Durante un tiempo se ha venido vertiendo en las redes y la prensa más contaminada de forma ácida que subir el salario mínimo, poner freno al precio de los alquileres, establecer un ingreso mínimo vital y pagar con dinero de todos los ERTES para que las empresas sobrevivieran y los trabajadores no engrosaran las colas del paro, era cosa de la extrema izquierda, que es peligrosísima como se está viendo.

 

Y lo peor es que este dibujo de colocar como extremista y peligroso algo que es meramente reformador ha calado  en buena parte de la ciudadanía a pesar de que los dos socios del gobierno lo que vienen haciendo es simplemente defender y aplicar medidas socialdemócratas propias de cualquier país  europeo: una serie de derechos básicos para los sectores más vulnerables, como la mejora de las pensiones, un sistema impositivo más justo y progresivo  junto con leyes de corte más social como la protección de la infancia, la eutanasia o la transexualidad.

Y mientras estas reformas toman cuerpo en España, a pesar de la pandemia y a pesar del clima irrespirable de rencor muy propio de la España guerracivilista, hay formaciones políticas que niegan derechos fundamentales, difunden cotidianamente discursos de odio que están quebrando nuestra sociedad y defiende políticas económicas que privilegian a los que más tienen que en eso consiste literalmente ser un extremista.   Pues nada,  es curioso observar cómo unos son   tildados diariamente por los lideres de dichas formaciones y sus grandes altavoces mediáticos   de radicales, peligrosos y conflictivos, y no cesan en sus objetivos de derribar al gobierno legítimo de la nación ,  mientras pasan la mano por el lomo de los contrarios que son los que siembran de fanatismo la vida cotidiana de los españoles que lo único que quieren es que los vacunen y progresar.

Seguro que le parecen interesantes  las  palabras de Iñaki Gabilondo antes de marcharse  , quien decía lo siguiente al respecto: "¿Se han dado ustedes cuenta de que estamos observando el peligro que puede constituir la amenaza del socialcomunismo, del cual permanentemente nos hablan, cuando todos los elementos de inestabilidad de los que nos hablan proceden del otro rincón?" Estamos con el cuidado que nos viene el lobo y mientras tanto nos puede comer el tigre".

Nos come el tigre del neoliberalismo, que fomenta la desigualdad. Nos come el tigre del racismo, con discursos  que estigmatizan a las minorías y nos come el tigre del  odio y del rencor como si no hubiésemos vivido ya experiencias tenebrosas en este país llamado España. Y nos come la equidistancia, que coloca en el mismo lugar a formaciones que proponen políticas socialdemócratas y a partidos de extrema derecha, creyendo además que  no suponen ninguna amenaza. País.

                                    Enrique Monterroso Madueño

 

 

 

A PROPÓSITO DE LOS INDULTOS ( 25-06-2021)

¿Para qué sirve la política? Para cambiar las cosas. Para mejorar las condiciones de vida de la comunidad. De su territorio. La política cuando abandona  la táctica y levanta la vista adquiere sentido de Estado. Pero cuando sólo hace aspavientos y ruidos , es de baja estrofa.  Cuando asume riesgos y , al mismo tiempo, ofrece soluciones  es una política que se pone de pie. Se hace con mayúsculas.Pero cuando se queda sin argumentos e insulta o utiliza torticeramente las emociones para llegar a la gente, cuando sólo habla de identidades y de simbología y sus discursos inflamados  no van acompañados de propuestas, entonces, entonces tenemos lo que tenemos.

Indultar no es amnistiar ,que viene a ser reconocer que no hubo delito; indultar es perdonar la pena, no el delito, que se mantiene tal cual fue juzgado y sentenciado. O sea , que no se entra en lo pertinente o no de la sentencia sobre el delito cometido ni en la legitimidad de los aparatos del Estado para defenderse sino en perdonar la pena, en perdonar parte de la pena, parte del dolor  por razones de utilidad pública ; bueno, yo le llamo directamente por razones de Estado, con mayúsculas.

Contra lo que muchos piensan , el conflicto catalán no es un problema que ataña exclusivamente a los catalanes . El conflicto catalán es, por definición, una cuestión de Estado porque lo que pone en juego es la integridad territorial  al tiempo que evidencia que en una parte de España hay un considerable número de personas que no se siente identificada con un proyecto político y social común , nos guste más o menos, llamado España. Quien no lo reconozca así será incapaz de valorar la verdadera naturaleza del problema y , por ende, de indagar en las soluciones que es , al fin y al cabo, lo que importa.

El conflicto catalán ha levantado ampollas en la sociedad española no solo por su objetivo, sino también por la forma en que los partidos  independentistas y las instituciones catalanas lo enfocaron y que  el Estado español no podía dejar sin sancionar. Fue un grave error de cálculo porque en un Estado democrático y de derecho todas las aspiraciones políticas deben promoverse de acuerdo con las reglas y condiciones que establece la Constitución. Por ese camino unilateral los independentistas catalanes no sólo no consiguieron su objetivo, sino que propiciaron la respuesta del Estado de forma contundente.

Pero volvamos a los indultos. ¿Es que ningún presidente lo había hecho antes? Lo hicieron todos. Miles de indultos firmaron Felipe González, Aznar, Zapatero o Rajoy. En un perfecto ejercicio de legalidad. Usando la normativa de la que dispone el poder ejecutivo. En muchos casos controvertidos, en otros sin arrepentimiento alguno. Pero seguro que siempre pensando en el bien de nuestro país.

Porque, en una democracia, la verdad no tiene dueños, sino copropietarios y, lo mejor para España, no tiene una sola voz sino un coro de voces al que afinar y escuchar. Con una partitura que fue consensuada por todos: la Constitución del 78 que , mientras no haya otra, es la que impera. ¿Y entonces, por qué esta lluvia de invectivas contra el gobierno de Coalición? ¿ Por qué esas palabras y discursos incendiarios? ¿Por qué esa soflama retórica no acompañada de propuesta alguna? Pues porque es rentable políticamente hablando. Ya he dicho muchas veces que en España, lo primero es la rentabilidad electoral y luego ya si acaso…

Con la propuesta de indultos a los presos -que ya llevan por cierto más de tres años en la cárcel- la política representada por el Gobierno asume su responsabilidad y sube a la sala de mandos. Busca soluciones donde hay un problema. Con las herramientas legales de las que dispone. Desde el respeto y la firmeza de la Constitución . Un Gobierno haciendo su trabajo que es lo que reclamamos a diario.

España resolvió muchos de sus retos históricos con éxito en las últimas décadas y muchas fueron las heridas cerradas de este país enfrentándose a ellas ,como las de ETA.  Permanecer esperando ver pasar por delante el cadáver de tu adversario no es trabajar por el futuro. Hay que ser  proactivos y aportar soluciones con la Constitución en la mano . La propuesta sobre indultos es un ejercicio de liderazgo responsable. De compromiso con el país. Como lo hizo en su día Azaña en plena guerra civil  defendiendo el Estatuto Catalán en la propia Barcelona, desde su españolidad, pronunciando su famoso discurso que decía : “paz, piedad, perdón”, con lo que estaba cayendo. Pues ahora, igual con la salvedad de que Sánchez no es , de momento, Azaña.

                       

 

 

 

  BULLING CONTRA PEDRO   26-04-2024 Valoro mucho al estadista Sánchez pero aún aprecio más su combatividad, su tenacidad en la lucha polít...