martes, 7 de diciembre de 2021

 

EL ULTIMO QUE APAGUE LA LUZ (10-12-2021)

Hoy celebramos los Derechos Humanos existen. No tiene sentido alguno ser profeta de lo ya sabido, ser profeta del pasado. Y sin embargo es a lo que tiendo , a lo que siento que  estamos abocados, tratando de huir de un futuro que habla de pasado , un futuro que no es lo que era.   Hoy en día es  fácil ser perseguido, censurado por recordar lo básico, por negarse a callar , por esbozar  un mañana que no pinta halagüeño ni para la razón ni para los derechos humanos ni para todas aquellas conquistas que la humanidad comenzó a lograr cuando en el siglo XVIII algunos comenzaron a encender las luces de la razón. 

La razón es innegociable, o así lo era. Hoy en día puedes convertirte en un peligro público, en un indeseable, solo por anhelar en 2021 los derechos humanos de 1948. No hay nada más arriesgado ahora mismo que recordar las bases del humanismo, de la equidad, de la búsqueda ordenada y racional de alguna certeza y del deseo de mantenernos alejados del horror que precedió a 1.948. Hoy en día para  acabar con la cabeza metafóricamente rebanada solo hace falta que pretendas recordar los principios ilustrados sobre los que hemos construido la civilización que para bien o para mal aún somos.

Ahora- 73 años después-  unos que nunca han tenido luces suficientes para apreciar la historia  agitan esos principios y mueven esas luces  para lograr apagar y sumirnos a todos de nuevo en el reinado de la sinrazón, es decir, de su tiranía. Desdeñando el conocimiento científico hasta límites que parecen risibles defienden que es mejor ser autoritario y defensor del orden público antes que de los Derechos Humanos y , casi lo peor, todo ello lo hacen colgándose la  medalla de la defensa de la libertad. 

Nos podemos llenar la boca hablando de que somos las generaciones aparentemente más instruidas de la historia cuando en realidad nunca había aflorado tanta estulticia, falta de raciocinio, carencia de madurez, de espíritu crítico y hasta de sentido común. ¿ Cómo hemos llegado a esto? Pues porque para conseguir que el mundo sea más racional no basta con formar a los individuos para que sean mejores razonadores y luego soltarlos a oscuras. Para conseguir un mundo más racional también cuenta cuales sean las normas de convivencia ( entiéndase la Constitución) , las reglas del discurso no solo en los escenarios de la toma de decisiones , en las sedes parlamentarias sino también  en la vida social y en la familia.

En este punto, en la abolición de las reglas lógicas del discurso público es dónde las redes sociales han hecho su mayor daño y lo seguirán haciendo a menos que los que tienen la responsabilidad, las élites en realidad, sean capaces de darse cuenta y de reaccionar.

Una red social en la que solo queden falsarios  y  atacantes anónimos acabarán fácilmente con la razón y la utopía.  Somos más racionales y lo hacemos con mayor imparcialidad cuando estamos buscando la verdad que cuando queremos tan solo vencer sin convencer. Actualmente ni en el debate político ni en el social o en el personal abunda la búsqueda de una verdad que algunos dan por muerta y queda únicamente el afán de vencer a un rival que solo lo es porque defiende otras ideas diferentes. Y es ahí donde la emoción, lo visceral, lo no racional se aparece como lo deseable.

Por eso, aunque no parezca algo propio del tercer milenio , cada vez es más necesaria la valentía  para inmolarse en el altar de los principios y de la razón. Hay que ser un valiente para defender la justicia en vez de la venganza, para recordar los derechos humanos, para recordar que todos somos diferentes pero todos somos iguales ,seres humanos , y que de esa dignidad proclamada en 1948  emanan derechos inalienables que deben seguir rigiendo nuestra existencia si no queremos volver a la total oscuridad; oscuridad que, paradójicamente,  puede  acechar tras una pantalla iluminada. Hay hordas ahí fuera. O somos capaces de volver a la primacía de los discursos racionales o la barbarie acabará por triunfar. 

Está tan sobada y manoseada la empatía que podemos hasta olvidarnos de nosotros mismos. Pues no. Llegado a este punto yo solo deseo que , si se van a apagar las luces, pueda salir antes para irme al monte. No quiero vivir a oscuras. 

                                               Enrique Monterroso Madueño

 

 

jueves, 2 de diciembre de 2021

 

UN FANTASMA RENTABLE ( 3-12-2021)

 Muy contrariamente al caleidoscopio social que es fácilmente apreciable en cualquier sociedad en estos tiempos, cuando llegan las elecciones podemos observar que los resultados arrojan una realidad muy distinta. La primera realidad que los datos ofrecen es que fundamentalmente hay dos bandos : los que votan que andan rozando el 50% y los que no votan que son otro tanto o más. Entre los que votan también hay otro dato fácil de deducir : la mitad está a favor y la otra mitad en contra. A este fenómeno se le viene llamando polarización ( dos polos, el que no está conmigo está contra mí) pero se le podría llamar radicalismo ; y también   sociedad dividida ( quedarse tuerto con tal de ver al otro ciego) pero es nuestro bipartidismo secular.

 El caleidoscopio social se refleja en la diversidad , en la rica diversidad nuestra de cada día dánosle hoy , llámese esta feminismo o feminicidio, España vaciada, partidarios y detractores de la vacuna , idem de opositores a medidas restrictivas por lo del Omicrom pensando en la economía, los mayores pensando en su salud, apocalípticos e integrados respecto a los cambios en el clima,   agricultores reclamando dignidad, la industria del metal en lucha, Cataluña pide películas en catalán, la derecha con una dirección bicéfala, no habrá más festejos a presos etarras, menos mal que han blindado las pensiones, la banca que no cesa, como el rayo, ahora lo de Unicaja, el sufrimiento de La Palma va para rato….. etc etc. Pues bien, toda esta diversidad algunos pretenden reducirla a blanco o negro sin atender a la inmensidad de grises que hay en España.

Lo cierto es que , manejando hábilmente la comunicación basada en fakes y en la debilidad mental de buena parte del personal y en mucha pasta que hay puesta en juego, nos podemos encontrar con el peligro de concebir a España como un tablero donde la partida la dirimen  quienes, tocados del perfume de la  corrupción , ven en la política un negocio, quienes no esconden su homofobia y antifeminismo  pero que se postulan como demócratas  y  teniendo como adversarios a un moderado izquierdismo  cuyo  “peligro” es haber puesto en marcha los Ertes, subir el salario mínimo, intentar regular los alquileres de vivienda, garantizar un salario mínimo vital, aumentar la hucha de las pensiones etc.

 Comunismo o Democracia. Así de simple venden el producto algunos de forma claramente fraudulenta esperando a ver si se lo compran. Pues no,  Esta falsa "polarización" está alimentada por una  subversión lingüística muy familiar para los españoles que venimos de una guerra civil y que parece que no hemos abandonado nunca un guerravicilismo que , al parecer, puede ser rentable.  Es el poder del lenguaje: mediante esta dicotomía los más fachas pasan a encarnar la democracia al tiempo que resucitan un comunismo fantoche por inexistente que ni siquiera se presenta a las elecciones. La confusión está servida.  

Este fenómeno español y mucho español también se observa en  otros países y continentes. ¿ En qué consiste dicho fenómeno? Pues en   reproducir un esquema que , repetido y repetido ( ¡ay Goebels!) pasa a ser ya  un patrón: el hundimiento de la derecha democrática en favor de un populismo radical  que necesita convocar el pasado para proseguir la "revolución" neoliberal. Un pasado, que incluye el fantasma del comunismo, que  atrae a votantes asustados. Un liberalismo que se ha teñido de nacionalismo autoritario. O a la inversa : un nacionalismo étnico y radical que ha engullido al liberalismo.  

Si no lo remediamos utilizando las armas de la razón y de una cierta inteligencia nos espera un mundo aún más feo del que ya hemos vivido. La radicalización  de la derecha se repite hoy como ayer pero con la especial salvedad de que hoy no tiene enfrente ninguna revolución proletaria , no tiene enfrente ningún totalitarismo comunista que justifique su existencia como pretendieron hacer creer antaño.   

Precisamente porque falta, porque le hace falta a esta derecha ultra , lo hace reaparecer como fantasma en discursos que buscan la reproducción de la vieja confrontación pero en un contexto nuevo. Si hay que jugar a la polarización, la derecha radicalizada encuentra frente a ella un hueco vacío y por inercia, por estrategia, por neurosis ideológica, lo rellena de comunismo.

Lo más increíble es que en algunos países esto funcione. En España veremos.


 

 

 

  CONTRA ODIO, MEMORIA Y   VERDAD      19-04-2024 Hay hoy en España dos discursos paralelos, dos relatos que no se encuentran. Imposible q...