FEMINISMO MA NON TROPPO ( 5-02-2021)

Puede resultar patético y falsario que un hombre se atreva o se empeñe en escribir sobre feminismo. Con esa premisa me decido a hacerlo pidiendo de antemano disculpas y renunciando a cualquier controversia o debate que quienes escuchan o leen estas columnas semanales pretendan hacerme llegar. Porque en realidad, yo no opino de feminismo sino de política. Lo mío es tan solo una opinión política que expongo con todo el respeto y el rubor necesario.

En los últimos tiempos personalmente he tenido el convencimiento de que el movimiento feminista , gracias a mujeres decididas de izquierdas , año a año viene mostrando su capacidad de conexión con la ciudadanía basada en la crudeza de datos objetivos irrefutables de la lacerante desigualdad existente entre mujeres y hombres ; año a año, gracias a la lucha de mujeres  valientes, su  capacidad de comunicación y transmisión de un mensaje de unidad   ha hecho que llegue a cualquier rincón y a cualquier mujer por el hecho de serlo;  un  mensaje que calaba también en los hombres predispuestos a ello por su militancia en favor de la igualdad . Dicho movimiento-repito-  me parecía y me parece que tiene un calado de enorme importancia bajo la óptica de un pesimista utópico que aspira a la transformación de este   mundo para hacerlo mejor y que no está conforme con la desigualdad existente que a todas luces es  inherente al sistema capitalista que padecemos. 

Ahora , sin embargo, leo y escucho argumentos y opiniones bastante dispares dentro de dicho movimiento feminista, conceptos novedosos, cuestionamientos difíciles de asimilar de entrada, palabras nuevas, órdagos y desafíos, ciertos negacionismos y hasta obstrucción de las ideas de los diversos y todo ello me preocupa. Como hombre yo estoy feliz por poder compartir con mis iguales mujeres la lucha feminista que no sólo entiendo y justifico sino que incluso  estoy seguro que nos hará avanzar hacia un mundo más justo, más libre y más solidario, algo que no ha conseguido ningún otro movimiento político , ni tampoco  la iglesia católica  en dos mil años de historia. 

Pero ahora estoy preocupado. Me ha preocupado mucho por ejemplo  conocer que  algún grupo  de izquierdas ha elaborado un texto donde se defiende con ahínco que el sexo no es binario( hombre-mujer) , sino una combinación aleatoria de genitalidad, cromosomas, hormonas, etc. No puede ser. Pienso que tal planteamiento no puede ser otra cosa que  el  resultado de un   lavado de cerebro llevado a cabo a nivel internacional que , por lo que se lee y se oye , está resultando muy eficaz.

He leído que la estrategia utilizada para expandir la operación es lo que se conoce como ventana de Overton .   La ventana de Overton para desactivar el feminismo ha tomado como objetivo redefinir lo que es ser mujer para que, más allá de la realidad material del cuerpo sexuado, se convierta en un sentimiento interior y para ello se ha valido de la experiencia que denominamos trans.

 

Para formular esta teoría sus autoras han utilizado una triple defensa : intelectual,  emocional y  comunicativa. Al parecer , la defensa o coartada intelectual conecta con las ideas de Judith Butler y sus seguidoras según las cuales el sexo es una construcción social, igual que el género. Teoría audaz,  envuelta en un lenguaje conceptual difícil de entender y por consiguiente de contrarrestar. Cualquiera que ose cuestionarla no puede quedar sino como una palurda o palurdo. Y si disientes eres una proscrita o un proscrito  y entras en la lista de las despreciables o los despreciables.

 

Para llegar a la sociedad en general utilizan la estrategia emocional apelando a los derechos humanos y al odio. ¿Quién va a ser tan desalmado que se oponga a los derechos humanos de las personas trans?  Cualquier cuestionamiento de esta idea es tildado de discurso de odio y  crece un miedo cerval a ser tildada o tildado  de tránsfoba o tránsfobo.

 

Y por último la estrategia comunicativa que llevan  a cabo por los medios de comunicación y redes sociales sin los cuales no se pueden extender y popularizar los nuevos conceptos llamados a sustituir los clásicos de toda la vida.  Los medios pueden presentar el hecho trans como algo glamuroso y hasta compasivo(modelos, atletas, actrices, niños etc.). La idea resumida sería: quién es nadie para cuestionar la identidad de nadie. Ni médicos ni psicólogos, ni jueces  tienen que acreditar que alguien es lo que dice ser. Así que si alguien dice que es mujer es mujer. De la misma manera, también deberíamos aceptar- replico yo-  que quien dice ser caballo es un caballo. Delirante.

 

Las feministas antiguas , las clásicas, las que yo conocía hasta ahora han reaccionado, consideran como yo que estamos ante un lavado de cerebro y que no las van a doblegar. ¡ Con lo que ha costado que nuestras mujeres, madres y abuelas aceptaran el feminismo como algo lógico, natural y sencillo pues se trataba de ser, sentirse y actuar como mujeres, en ver el mundo a través del prisma femenino! ¡Con lo que ha costado hacer ver a los hombres que la transformación de la sociedad exige el esfuerzo conjunto de luchar por las desigualdades, comenzando por la que afecta nada menos que al 50% de la sociedad!

Hasta aquí puedo llegar. No estoy preparado para meterme en la piel de las mujeres como para dar o quitar razones a los dos bandos . Lo que sí sé es que si alguien pretendiera quitarle la carga explosiva al movimiento feminista , desactivarlo por lo que tiene de revolucionario en si mismo, si alguien viera en peligro la modificación del sempiterno statu quo de una sociedad dominada por hombres,   haría lo que se está haciendo ahora mismo: tratar de dividirlo. Pocas veces resulta más claro y oportuno el dicho de “ divide y vencerás”. Atentos.

Viva el 8 de Marzo.  Viva la igualdad.

                                    Enrique Monterroso Madueño