SOBRESALIENTE (18-06-2021)
Lo
ha dicho la Sra Ursula Von der Leyen ( en adelante la Sra Ursula) el otro día en
Madrid : el trabajo de planificación realizado por España y por su gobierno es
sobresaliente. No ha dicho aprobado. Con esta calificación ha dado el
pistoletazo de salida para la recepción de los Fondos de Recuperación europeos,
nada menos que 70.000 millones de euros de una tacada a fondo perdido en seis
años, más otros 70.000 millones mediante préstamos a devolver.
El
Plan presentado por España, examinado por los responsables europeos y aprobado
con nota marcará el camino del desarrollo del país en el futuro inmediato y
puede ser el mayor esfuerzo de modernización acometido por España nunca . Eso , al menos, dicen las
cifras mareantes.
Disculpen
si lo que les diré a continuación se aleja un tanto del tono y el estilo que
viene siendo habitual en este espacio, dedicado a la actualidad política de
España marcada por la crispación y el rencor que no cesan , pero hoy considero
que se debe resaltar como merece la noticia positiva de la previsible recuperación
económica de España de la mano de la Unión Europea en medio de tanto
sufrimiento como el que ha traído esta pandemia
y de la que , al parecer, vamos a salir con mucha fuerza y vacunados.
Como
se dice que la gente lee poco- sobre todo este tipo de literatura basada en el
BOE, cosa fácilmente entendible- pues opto por la radio que viene
siendo insustituible como medio para hacer llegar a los oídos y las mentes de
quienes quieren escuchar este tipo de mensajes basados en datos reales y
objetivos y no en falsedades edulcoradas
o medias verdades como nos sirven con
frecuencia otros medios.
Por
eso y , sin abusar, les hablaré (porque les pudiera interesar para sus vidas y haciendas
personales) que el plan prevé destinar nada menos que 20.000 millones para dos áreas muy importantes:
· la
Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada, que permitirá
electrificar las vías públicas e instalar vehículos de recarga e impulsar el
coche eléctrico, y
· un Programa de Rehabilitación de Vivienda y Regeneración Urbana, para instalar paneles
solares o hacer más eficientes las viviendas.
Además
, otras inversiones que les sonarán van a ser un plan de Modernización de las
Administraciones públicas para reducir la temporalidad laboral de los empleados
públicos;
un
Plan de Digitalización para que se modernicen las Pymes
una
Hoja de Ruta del 5G que es casi
imprescindible ya en nuestros aparatos
una
Nueva Política Industrial España 2030 y una Estrategia de Economía Circular para
aprovechar mejor los recursos
un
Plan Nacional de Competencias Digitales pues el analfabetismo de la mayoría es
más que evidente
otro
Plan de Modernización y Competitividad del Sector Turístico, que nos afecta de
lleno
más
el que pretenderá desarrollar la ciencia y la investigación y el fomento de las energías renovables.
Todos
ellos dotados con miles de millones que no puedo reproducir porque marean un
poco pero que pueden consultar en las páginas oficiales.
Pero
claro, la Sra Ursula Von der Leyen , al tiempo que nos comunicaba ese
sobresaliente y nos felicitaba , también
se refirió a la necesidad imprescindible de contar con el apoyo (o por lo menos con la no
obstrucción) de las fuerzas políticas
españolas. Porque este no es tanto un Plan del Gobierno de España como un plan del país, de la propia España .
Hasta ahora no sólo no han prestado
dicho apoyo sino que han hecho lo más abyecto
que cabe hacer en política que es tratar
de crear dudas y sombras sobre tu propio país en las esferas internacionales,
para restarle fiabilidad.
Hasta
ahora las derechas españolas, en un ejercicio deleznable y torpe siendo como
son opción de gobierno, han criticado con fruición este Plan presentado por España
, insisto , no tanto por su gobierno legítimo. Y hasta ahora han practicado el
juego sucio y la marrullería deseando que fracasara y demostrando una particular forma de amar a su
patria. De manera que no nos emborrachemos de éxito, que no se nos suba ese
sobresaliente a la cabeza , que el campo
está embarrado. Y el adversario también juega.
Enrique Monterroso
Madueño
El
p Ahí va : El Plan de Recuperación denominado NUEVO FUTURO está diseñado con una arquitectura en tres
niveles:
Cuatro
ejes de transformación (transición ecológica, la transformación digital, la
cohesión social y territorial y la igualdad de género),
Diez
políticas palanca, denominadas así por
su gran capacidad de influencia sobre la actividad y el empleo a corto y medio
plazo, y ,
treinta
componentes repartidos entre las distintas políticas palanca, que articularán
los proyectos específicos acogidos al Plan.
¿
Cuáles son esas políticas denominadas palancas? Ya puesto en plan periodístico
o de maestro de escuela ,se las leo a continuación, como digo, sacadas del BOE:
Ley
de Cambio climático, que se acaba de aprobar.
Nuevo
sistema energético y despliegue de renovables.
Hoja
de ruta del hidrogeno renovable.
Resiliencia,
adaptación de ecosistemas e infraestructuras verdes.
Ley
de Aguas y plan de depuración, saneamiento, eficiencia, ahorro y reutilización.
Modernización
de la política agrícola y pesquera. Suelo y uso eficiente de agua.
Política
de residuos e impulso de economía circular.
Estrategia
de movilidad sostenible y conectada.
Reforma
del sistema nacional de ciencia y apoyo a la innovación
Y
una nueva política de vivienda.
residente
Sánchez también ha destacado la apuesta por una “nueva economía de los
cuidados”, con las lecciones aprendidas durante la pandemia sobre la atención
de las residencias de mayores, entre otros ámbitos.
El
plan contendrá un total de 212 medidas, de las que 110 serán inversiones y 102,
reformas.
Son
20 las principales reformas que contempla el Plan de Recuperación,
Transformación y Resiliencia. Y entre las 10 primeras están:
Ley
de Cambio climático, que se acaba de aprobar.
Nuevo
sistema energético y despliegue de renovables.
Hoja
de ruta del hidrogeno renovable.
Resiliencia,
adaptación de ecosistemas e infraestructuras verdes.
Ley
de Aguas y plan de depuración, saneamiento, eficiencia, ahorro y reutilización.
Modernización
de la política agrícola y pesquera. Suelo y uso eficiente de agua.
Política
de residuos e impulso de economía circular.
Estrategia
de movilidad sostenible y conectada.
Reforma
del sistema nacional de ciencia y apoyo a la innovación
Y
una nueva política de vivienda.
En España, como tantas veces en su historia, crece el rencor. Una
colusión de intereses entre políticos sin escrúpulos, jueces politizados y
periodistas mendaces, algunos de ellos corruptos, además de una legión de
extremistas incansables en las redes, excitan los sentimientos de odio y resentimiento
en mucha gente que, agotada por la pandemia y asustada por la incertidumbre de
su futuro, es sensible a ese tipo de relatos en los que se designa a un
culpable claro de sus desgracias. No importa que ese fuego sea tan fácil de
encender como difícil de controlar. Es una guerra y en la guerra vale todo.
Como siempre que gobierna la
izquierda en este dolorido país, han conseguido crear un clima de desasosiego
en buena parte de la población, con la finalidad de que las aguas vuelvan a su
cauce y gobiernen los de siempre –el centro lo llaman- que es lo que
corresponde por derecho natural. La Constitución de 1978 –muy avanzada en su
letra para las circunstancias políticas en que fue redactada y aprobada– fue
hábilmente reconducida para que el poder se repartiera equitativamente, al modo
de los conservadores y liberales de Cánovas y Sagasta durante la restauración
borbónica, entre un partido conservador, claramente sucesor del franquismo, el
Partido Popular, y un partido social-liberal, heredero del PSOE moderado de
Indalecio Prieto, que limpiase y diese esplendor a la joven democracia
española, pero sin hacer cambios drásticos que pusieran en peligro los
privilegios que habían existido "de toda la vida", ni los nuevos que
la corrupción descarada -y en buena medida tolerada- podía proporcionar.
Pero el equilibrio se rompió en
2004 cuando llegó a la presidencia Rodríguez Zapatero -un hombre del que
desconfiaban hasta los históricos del PSOE de Felipe González porque era
ligeramente de izquierdas, aunque solo fuera en temas sociales–, precisamente
cuando más alta estaba la autoestima del PP tras los dos mandatos de Aznar. Ahí
se desataron las hostilidades, se perdió la vergüenza por parte de la derecha y
se atacó con todo sin importar las consecuencias. Desde la deslealtad ante el
fin de ETA –a pesar de que Zapatero había sido leal con Aznar en este tema–,
acusando al gobierno de connivencia con los terroristas, hasta la infamia de
votar en contra de las medidas exigidas por la Unión Europea –en mayo de 2010–,
arriesgando sumir a España en un rescate con las consiguientes repercusiones
para la población, con tal de quitar el aire al gobierno y conseguir
derribarlo. Desde entonces la derecha española ha actuado de la misma forma,
sin escrúpulos, sin tener en cuenta los intereses generales, sino solo la
conservación o recuperación del poder.
Ahora a esa derecha, representada
en su núcleo central por el PP, se le han unido otros sectores de diversos
ámbitos y procedencias pero que coinciden en sus objetivos. No solo por
supuesto Vox, que no es sino una escisión del PP, sino los dirigentes y la
mayoría de los votantes de Ciudadanos, un partido que sin disfraces se ha
mostrado como lo que es: liberal conservador y centralista, así como una buena
cantidad de militantes o exmilitantes del PSOE –sobre todo de cierta edad
- que no se reconocen en una formación más o menos de izquierdas, o se
sienten excluidos y han ido acumulando resentimiento hasta ser claramente
hostiles a su partido, en su versión actual. Personas cuyas ideas y
posicionamientos difícilmente se pueden asimilar a nada que se parezca al
socialismo o a la izquierda, y que se habían enfrentado desde el
principio a un compañero que desnudaba claramente sus limitaciones.
Por su parte, un cierto número de
jueces –en su mayoría conservadores como es patente– han decidido hacer
claramente política en todos los ámbitos que han podido, desde una persecución
judicial insólita –y en ocasiones ridícula- a Podemos, hasta deslizar
consideraciones políticas en un informe del Tribunal Supremo sobre los
indultos. Finalmente, la mayoría de los medios de comunicación con sede en
Madrid, incluidas algunas cadenas de televisión, se han sumado a una campaña
atroz en la que las mentiras, las medias verdades, la ocultación de datos o
noticias desfavorables a su posicionamiento ideológico, la confusión entre
información y opinión, la manipulación en fin, son el mejor retrato de su
actividad claramente política más que informativa.
Todo este conjunto de personas,
organizaciones, poderes, se han unido explícitamente -por diversas causas e
intereses- para una acción común en lo que podríamos llamar, a partir de ahora,
el "Partido del Rencor".
Lo que une al "Partido del
Rencor" es su odio sin límites a Pedro Sánchez y a su gobierno. No se trata
de disentir de sus decisiones y argumentar ese disenso, o de criticar sus
errores –que sin duda los hay– con razones y aportando alternativas. Se trata
de echarlo como sea, anularlo, destruirlo. Y para eso vale cualquier cosa, no
importa si verdadera o falsa. Tampoco si es mejor o peor para España. Se trata
simplemente de impedir que Sánchez y sus aliados hagan políticas reales de
izquierdas, por tímidas que sean, y perjudiquen a los sectores
privilegiados de la sociedad española, que son en definitiva los que mueven los
hilos de esta campaña.
Desde el primer día se tachó al
gobierno de coalición de "ilegítimo", a pesar de que los que decían
eso eran perfectamente conscientes de la legitimidad del mecanismo
constitucional de la moción de censura que le llevó al poder. Se pedían elecciones
a gritos. Cuando las hubo, y ganó el PSOE del denostado y defenestrado Sánchez,
se bloqueó cualquier intento de que formara gobierno, lo que aplaudieron los
mismos que habían exigido poco antes al PSOE que se abstuviera en la
investidura de Mariano Rajoy. Cuando después de la repetición electoral
se vio obligado a pactar con Podemos ante la ausencia de cualquier otra
alternativa y la clara inutilidad de repetir las elecciones por segunda vez,
los mismos que le habían negado esa alternativa, le acusaron de echarse en
brazos de los que querían destruir España. Un gobierno comunista, separatista,
bolivariano, como se ha visto en el tiempo que lleva gobernando. Incluso han
resucitado el fantasma de ETA para acusarle de connivencia; da igual que Bildu
no votara a favor de la investidura de Sánchez ni que su apoyo no fuera
necesario para aprobar los presupuestos, eso no se menciona, ha pactado
con los etarras –como su predecesor Zapatero- y ya está. ¿Todo por mantenerse
en la Moncloa y volar en el avión Falcon? ¿Qué tenía que haber hecho? ¿Tenía
que haber dado el gobierno al PP que obtuvo 89 votos frente a los 120 del PSOE?
Porque los defensores de un gobierno de gran coalición nunca se lo ofrecieron a
Sánchez, eran partidarios de una solución de este tipo… siempre que ese
gobierno lo presidiera otro político del PSOE que fuera, digamos, "más
razonable".
Por supuesto, ni la más mínima
lealtad con el gobierno de España, aunque se trate de asuntos de Estado. Igual
que no la tuvieron con Zapatero, tampoco ahora, ni con la pandemia, ni con la
crisis económica, ni siquiera en crisis internacionales como la actual con
Marruecos. Al enemigo ni agua. No sea que se consolide. Y naturalmente, mucho
menos aun en el tema territorial, y más concretamente en el asunto de Cataluña,
en el que el PP ha encontrado un filón para recoger votos en el resto de España
exaltando un demagógico nacionalismo español que es sin duda tan divisivo y tan
negativo para la unidad de España como los nacionalismos periféricos.
No van a aportar ninguna solución
en este asunto. Con el gobierno Rajoy se aprobaron en Cataluña leyes de
desconexión, se hizo un referéndum, y cuando se convocaron elecciones después
de la aplicación del artículo 155 CE, los independentistas tuvieron mejor
resultado que antes. No tienen ningún plan. Sánchez votó en la oposición a
favor del 155 por lealtad, aunque no estuviera muy convencido de que fuese la
mejor solución. Pero la derecha solo conoce la lealtad de la oposición
cuando gobierna, nunca responde con la misma moneda
Ahora han hecho presa en los
indultos a los dirigentes independentistas condenados por el Tribunal Supremo.
Da igual que puedan favorecer un clima de entendimiento en Cataluña que suavice
las tensiones. ¿A quién le interesa suavizar las tensiones? No pueden permitir
que la cosa salga bien, supondría la consolidación de Sánchez por muchos años.
Pero como el pueblo necesita demagogia, el relato –infantil- consiste en que
Sánchez concede los indultos para mantenerse en la Moncloa. Esto lo compra todo
el mundo, especialmente los rencorosos.
No importa que sea justamente lo
contrario. No importa que Sánchez no necesite a los independentistas para
seguir siendo presidente, ya que no hay ninguna posibilidad de construir una
mayoría suficiente para echarle mediante una moción de censura antes de que
acabe su mandato. Ni que pueda prolongar los presupuestos aprobados en
diciembre durante dos años, que es lo que resta de Legislatura. No importa que
sean precisamente los indultos los que puedan costarle la Presidencia en las
próximas elecciones, y que él naturalmente sea consciente de ello. Él jamás
haría nada por interés público, solo por interés personal. El rencor.
El "Partido del Rencor"
no quiere que España cambie, o, si no hay más remedio, que lo haga de una
manera muy leve, que no ponga en peligro el status quo. Nada de dejar decidir a
la población sobre monarquía o república. Nada de un país federal en el que las
distintas nacionalidades que conforman España acuerden un punto de equilibrio
entre su identidad y la cooperación en el seno del Estado. Nada de una escuela
laica universal que acabe o reduzca con la transmisión intergeneracional de los
status sociales. Nada de feminismo que sobrepase la retórica y el paternalismo.
Nada de derechos laborales efectivos que pongan en peligro la llegada –y la
salida claro– de capitales. Nada de ecologismo que perjudique los beneficios.
Nada de intervención del Estado para corregir las desigualdades. Nada de más
impuestos para financiar más prestaciones sociales.
En definitiva, nada de izquierda:
solo extrema derecha, derecha conservadora o liberal, o una socialdemocracia
nominal y descafeinada que no intente siquiera ninguna transformación
sustancial. Esas son las opciones. Los gobiernos de izquierdas solo pueden ser
un paréntesis en la historia de España. Y tienen que ser eliminados cuanto
antes, no sea que la gente se crea de verdad que otro país más justo, más
humano, más solidario, más libre, es todavía posible.