POCA VERGÜENZA ( 4-06-2021)
Vivimos tiempos convulsos. Realmente la Historia
de España ha sido casi siempre así. Los períodos que pudiéramos considerar como
estables y tranquilos han sido breves y escasos. Ahora vivimos en plena
efervescencia y agitación por la política envenenada que no cesa ni en tiempos
de pandemia . Cualquier cosa se aprovecha para hacer caja. La política en
España es política electoral en la que algunos están dispuestos a perder la
vergüenza. Mientras el gobierno actual se considere un gobierno ilegítimo, todo
vale.
Por no remontarnos más atrás, la transición
española estuvo transida de intransigencias, el parto de la Constitución del
78 no contó con el apoyo de los
nostálgicos del extinto régimen, el terrorismo de eta se utilizó para zaherir
al contrario y su solución final no fue aplaudida por todos, el 11-M del terror islámico se intentó
atribuirlo a quien más convino, los efectos de la profunda crisis de 2008 nunca
fue asumida y consensuada, los seis millones de parados que llegamos a alcanzar
no llegaron a conmover un consenso imprescindible, el cincuenta por ciento de
desempleados entre los jóvenes importó un pito a la otra mitad.
Pero todo es empeorable: ahora la pandemia se convierte en una oportunidad
para tumbar un gobierno, Cataluña importa en la medida que puede cavar la fosa
de alguien, no aprecio que se llore por el futuro de los saharauis, ahora los
indultos amplían la trinchera entre derechas e izquierda menospreciando la
oportunidad de solución de un conflicto de estado en el que la solución nos
afecta al conjunto del estado, no sólo a los catalanes.
Disculpen , lo anterior no es una enumeración completa; es un
particular relato un tanto atropellado
de ejemplos vivos en los que hizo falta consenso nacional pero no se
procuró, respuesta colectiva pero , en su lugar, lo que hubo fue manipulación y
populismo a raudales; en suma, sentido de Estado, pero no estaban. Si un partido no tiene sentido de estado, es
decir, sentido de lealtad con el propio país para salvar una situación de
gravedad, ¿ para qué sirve un partido? ¿ Sólo para asegurarse un estatus
,una posición, para hacer lobby, para
acceder al poder tomado este como
sustantivo? Pues miremos alrededor a ver cuántas siglas nos sobran si
examinamos nuestra propia historia reciente en los que nos hicieron falta
grandes consensos.
Por ejemplo, el
Sáhara. Pocas personas saben que hasta
1975, es decir, hace tan sólo 46 años,
España tenía 51 provincias , una más que ahora. Esa provincia se llamaba
El Sáhara; sus habitantes eran españoles como nosotros; y el castellano era su
lengua habitual ,sus poetas escriben y publican en nuestra misma lengua y los
más viejos aún conservan como recuerdo un DNI que les acredita como
españoles. España, debido a circunstancias
políticas internas , los abandonó de forma ignominiosa en 1.975 .Inmediatamente
después Marruecos invadió su territorio y desde entonces ejerce la soberanía
sobre toda la población contra la voluntad de estos.
Cuarenta y seis años después ciento setenta mil saharauis viven, malviven en los campamentos de refugiados
levantados en Tinduf en Argelia, en tiendas de campaña. Desde el desierto vienen
clamado por sus derechos , amparados por
los acuerdos internacionales adoptados por la ONU pero hay una sordera
colectiva.
La
realidad social y humanitaria de esta antigua provincia española, es que viven de la ayuda humanitaria. Por si
fuera poco, un muro de 2.700 kilómetros
construído por Marruecos y
plagado de minas antipersonales separa el territorio de norte a sur. Así
llevan cuarenta y seis años a la espera
de la justicia internacional que no llega ni se le espera. Su paciencia se muestra infinita. Y aunque nos duela, tampoco nunca en este tema tan lacerante hubo un consenso nacional que
agrupara a todos los partidos españoles. Los sucesivos Gobiernos españoles
tampoco actuaron con sentido de Estado y han mantenido en muchas ocasiones posiciones
ambiguas, cuando no contradictorias. Vergüenza nos debería dar.
Ningún Estado reconoce
la marroquinidad del Sáhara, un "territorio no autónomo" según la
ONU, del cual es España la potencia administradora responsable de culminar el
proceso de descolonización garantizando el derecho a la autodeterminación del
pueblo saharahui.
Esto es lo que hay
detrás del conflicto diplomático con Marruecos. Por eso no podemos ceder al
chantaje.
Enrique Monterroso Madueño
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