PEINETAS PARA COLÓN ( 11-06-2021)
¿Para qué sirve la política? Para cambiar las cosas.
Para mejorar las condiciones de vida de la comunidad. De su territorio. La
política cuando no es táctica y levanta
la vista adquiere sentido de Estado. Pero cuando sólo hace aspavientos y ruidos
en aplicación del tacticismo , es de baja estrofa. Cuando asume riesgos y ofrece soluciones es una política que se pone de pie. Se hace
con mayúsculas. Pero cuando se queda sin argumentos e insulta o utiliza
torticeramente las emociones para conseguir el favor de la gente, sólo habla de
identidades y de simbología y sus propuestas no van acompañadas de propuestas,
entonces, entonces tenemos lo que tenemos.
Indultar no es amnistiar ,que viene a ser reconocer
que no hubo delito; indultar es perdonar la pena y no el delito , que se
mantiene tal cual fue juzgado y sentenciado. O sea , que no se entra en lo
pertinente o no de la sentencia sobre el delito cometido sino en perdonar la
pena impuesta por razones de utilidad pública ; bueno, yo le llamo directamente
por razones de Estado, con mayúsculas.
Contra lo que muchos piensan (como consecuencia de la
falta de pedagogía política imperante, entre otras cosas) , el
conflicto catalán no es un problema que ataña exclusivamente a los
catalanes y que estos deban resolver por sí mismos. El conflicto catalán es,
por definición, una cuestión de Estado porque- por un lado- lo que está en juego es la integridad
territorial pero , al mismo tiempo, evidencia que en una parte de España hay un
considerable número de personas que – aunque no lo compartamos- no se siente
identificada con un proyecto político y social común llamado España y aspira a
constituir una nueva entidad estatal. Lo sucedido en Cataluña en los últimos
años tiene diversas causas, pero sería absurdo pensar que su trasfondo no
encuentra su explicación en un sentimiento nacional propio compartido por
muchos ciudadanos, algo que no es nuevo . Quien no lo reconozca, sobre todo si
se dedica a la política en este país , será incapaz de valorar la verdadera
naturaleza del problema y , por ende, nunca aportará soluciones que es , al fin y al cabo, lo que importa.
El conflicto catalán ha levantado ampollas en la
sociedad española no solo por su objetivo, sino también por la forma en que los
partidos independentistas y las
instituciones catalanas lo enfocaron y que, básicamente, consistió en un mal entendimiento del principio democrático
y del valor de la legalidad que el Estado español no podía dejar sin sancionar.
Fue un grave error de cálculo porque en un Estado democrático y de Derecho
todas las aspiraciones políticas deben promoverse de acuerdo con las reglas y
condiciones que establece la Constitución. Por ese camino unilateral no
sólo no consiguió su objetivo, sino que propició la respuesta del Estado en
forma de sanción.
Pero volvamos a los indultos propuestos por el
Gobierno por razones de Estado. ¿Es que ningún presidente lo había hecho antes?
Todos. Miles de indultos firmaron Felipe González, Aznar, Zapatero o Rajoy. En
un perfecto ejercicio de legalidad. Usando la normativa de la que dispone el
poder ejecutivo. En muchos casos controvertidos, en otros sin arrepentimiento
alguno. Pero seguro que siempre pensando en el bien de nuestro país.
Porque, en una democracia, la verdad no tiene dueños,
sino copropietarios y, lo mejor para España, no tiene una sola voz sino un coro
de voces al que afinar y escuchar. Con una partitura que fue consensuada por
todos: la Constitución. ¿Y entonces, por qué esta lluvia de invectivas contra
el gobierno de Coalición? Pues porque es rentable políticamente hablando.
Con la propuesta de indultos a los presos que ya
llevan por cierto más de tres años en la cárcel, la política asume su
responsabilidad. Busca soluciones donde hay un problema. Con las herramientas
legales de las que dispone. Desde el respeto a la firmeza de la Constitución e
imbuido del espíritu de consenso que esta destila. Un Gobierno haciendo su
trabajo.
España resolvió muchos de sus retos históricos con
éxito en las últimas décadas y muchas fueron las heridas cerradas de este país
enfrentándose a ellas ,como las de ETA. Permanecer
esperando ver pasar por delante el cadáver de tu adversario no es trabajar por
el futuro. Hay que ser proactivos y aportar
soluciones desde la constitucionalidad aunque arrecien los gritos desaforados
de Colón. La propuesta sobre indultos es un ejercicio de liderazgo responsable.
De compromiso con el país. Y de peinetas.
Enrique
Monterroso Madueño
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