jueves, 28 de enero de 2021

POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS

 

¿ POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS? (8-1-2021)

En la novela “Esto no puede pasar aquí”   el novelista estadounidense Sinclair Lewis exponía una historia típicamente americana referida  a un demagogo que llega a la presidencia de EEUU ayudado por un mensaje lleno de patriotismo y valores tradicionales para imponer después un control totalitario similar al de los fascismos europeos. Era en 1.935.  La analogía con lo que estamos viendo estos días con el asalto al Capitolio es evidente. Se suele atribuir a este mismo autor una frase que dice que  "cuando el fascismo llegue a EEUU lo hará envuelto en la bandera y llevando una cruz".  Exactamente eso es lo que estamos viendo estos días. Pues bien, llevándole la contraria a Lewis ,Trump ha demostrado a los norteamericanos y al mundo entero  que eso sí puede pasar allí.

La presidencia de Donald Trump siempre ha estado ligada a la idea de la violencia y el apoyo a la ultraderecha . En el discurso inaugural de su toma de posesión, enarboló la idea de 'America First' que había sido el grito de batalla de los reaccionarios para impedir que  Roosevelt declarara la guerra a la Alemania nazi. Trump siempre ha tenido palabras elogiosas para los grupos ultraderechistas que le han apoyado. En un debate de la campaña presidencial, dijo a jóvenes  neofascistas : "Dad un paso atrás y estad preparados". Los iba a necesitar después de las elecciones como estamos comprobando. El final de su presidencia ha estado a la altura de su trayectoria en la Casa Blanca.

Las reacciones de condena están siendo inmediatas y variadas , unas sinceras y otras más o menos hipócritas. Todos muestran su sorpresa u horror, como si todo fuera una pesadilla imposible de creer. En parte lo es pues nunca antes había pasado algo parecido, pero no se trata de una aberración, sino de una continuación del mensaje de violencia e intolerancia que ha caracterizado la presidencia de Trump. Barak Obama lo ha sintetizado muy bien :  "Nos engañaríamos a nosotros mismos si tratáramos todo esto como una sorpresa".

Efectivamente, de sorpresa, nada. En todo caso tendría sentido la disquisición de si estamos ante un caso de locura o de fascismo. Y no sé el porqué de la disyuntiva : pueden ser las dos cosas a la vez.  Por supuesto no es creíble en EEUU haya 70 millones de fascistas dispuestos a apoyar a un loco , ni siquiera la mitad.  Tampoco en 1933 todos en Alemania eran nazis, pero eran los suficientes como para que la cobardía o inhibición del resto facilitara el ascenso al poder de un loco muy cuerdo.

Aquí en nuestro solar patrio la irrupción violenta del Capitolio por parte de seguidores del trumpismo   se ha convertido , como era de esperar , en una nueva arma arrojadiza en la política española. Politicastros y voceros se han apresurado a comparar el intento de golpe de estado americano con la manifestación frente al Congreso de los Diputados que tuvo lugar durante la investidura de Mariano Rajoy en 2016.  Los argumentarios internos que Génova envía a sus cargos públicos reclaman vincular lo sucedido en EEUU con manifestaciones en España. Forma parte de su estrategia de desgaste del gobierno. Nada nuevo. 

Aquí en España para encontrar  cualquier tipo de analogía entre lo sucedido en Whasington y nuestra historia reciente hay que remontarse al 23 F donde los fascistas entraron a tiros en el Congreso  o al general Pavía que a lomos de su caballo entró en las Cortes en 1874 terminando con la I República española . En su histeria política aprovechan cualquier cosa para el garrotazo, como en el cuadro de Goya. Lo sucedido en Washington es una actuación propia de la extrema derecha  que practica la subversión cuando la democracia no le es favorable . Extrema derecha o fascismo frente al que  no hay otra vacuna que más ideología , más racionalidad y más democracia. La democracia se defiende practicándola, no desertando de ella que es lo que han hecho los norteamericanos estos últimos años.  Y formalmente tiene una regla muy clara :  gobierna quien tiene mayoría y quien pierde asume como legítimo el resultado electoral, cosa que no hacen en España politicastros de derechas y voceros y en Estados Unidos los trumpistas.

De manera que ante este momento ciertamente histórico en el que la democracia americana está bajo lupa por la insurrección de unos cuantos millones de patriotas y mucho patriotas ,  bueno estaría que los demás nos miráramos a nosotros mismos y respondiéramos a la pregunta que nos lanzaba Ernest Hemingway en su novela  “¿Por quién doblan las campanas?” a propósito de los horrores que le provocaba nuestra guerra civil .  Doblan por nosotros mismos, me digo yo.

                                    Enrique Monterroso Madueño

 

PAYASOS

 

PAYASOS ( 15-01-2021)

Todo lo que van a oír   a continuación es ironía, un recurso al servicio de personas  inteligentes que suelen escuchar la SER. No entenderlo así sería un fiasco y no sería yo quien lo firmara.

A decir verdad, las imágenes del asalto al congreso de los EEUU no causaron sorpresa, al menos entre nosotros, porque los actores, patriotas blancos, llevaban tiempo preparando un potaje fascista que, como es sabido,  es  algo que exige mucha elaboración, fuego lento y muchos ingredientes:  Racismo, machismo, clasismo, patrioterismo, emociones, fanatismo religioso, odios y mentiras. Todo en demasía.

Veamos cómo es el proceso  : Primero se prepara el terreno. Es la parte más laboriosa. Se requieren años para ir identificando un descontento que podamos manipular. Sin descontentos no hay fuego, no hay pasión. A partir de ahí comenzaremos por el lenguaje. Hay que empezar a “llamar al pan, pan y al vino, vino”. Y , sobre todo, no pensar tanto y hablar claro usando palabras valientes: traición, robo, confabulación, complot, gobierno ilegítimo, golpe de estado, rendición.

A continuación  hay que avanzar desde ese descontento a identificar un enemigo : hispanos, negros, mujeres, perdedores, periféricos patrios que nos quitan lo que es nuestro. Aquí lo conspiranoico es fundamental . Es preciso armar un barullo en el que mezclar la política con la desconfianza hacia el gobierno filocomunista que no se ocupa  de nuestros  problemas.

Imprescindible añadir el control del pensamiento a través de  medios de comunicación debidamente engrasados para hacer creer que  son los demás los equivocados . No es necesario el conocimiento y la información para tener las ideas claras pues somos nosotros quienes  tenemos la verdad. Hay que huir de  palabras bonitas y técnicas porque levantan sospechas.  Y meternos en la cabeza que somos la resistencia y hay que defenderse de un enemigo que quiere quitarnos algo que es nuestro de toda la vida: el poder.

Los discursos que se hagan  deben ser un enfrentamiento con el adversario evitando todo lo que suene a moderación, a pacto, a diálogo, a punto intermedio. Lo políticamente correcto se convierte en sinónimo de debilidad, de pensamiento cobarde.

Llega  el momento del último hervor,  de la movilización. Hay que llenar las

calles de indignación. Demostrar que no se tiene miedo y comprobar que las instituciones a las que nos enfrentamos son cobardes y nunca van a plantarnos cara. Violencia de baja intensidad para demostrar que la calle es nuestra ya sea por una pandemia, por una reforma educativa  o por el derecho a la muerte digna. Ciertamente no tenemos  mayoría; pero sí tenemos el coraje para ocupar las calles y proclamarlo así mientras los otros,  cobardicas, nos miran desde las ventanas. Nosotros marcamos los tiempos.

El potaje está a punto de servirse. Llega  el momento final. El de los héroes o el de los payasos. Los protagonistas habrán de ser  los más radicales, los más extremistas, los voceros. Están dispuestos a todo por salvar a la patria, así que a ellos les corresponde el asalto, pasar de ocupar la calle a ocupar la sede simbólica del poder , se llame Capitolio o Parlamentos.

Pueden ser militares o no; pueden ser jubilatas o mediopensionistas, pueden ser pequeño-burgueses o  lumpen; amas de casa o precariado.  En cualquier caso nunca serán los gerifaltes, los cabecillas . Esos se quedarán en casa a esperar, a ver si la mecha que acaban de encender prende y la rebelión contra el poder establecido triunfa.

Si es así, saldrán a encabezar la marcha, a apaciguar los ánimos y presentarse como la única solución al caos. Y si no lo es, si lo que pasa  en el Capitolio o en el Parlamento  no tiene éxito, si el fuego no se propaga , se quedarán agazapados a esperar que pase el temporal. Y derrochando desfachatez denunciarán la violencia y los hechos acontecidos mientras esperan la próxima oportunidad.

Y entonces los que dieron el paso, los que tomaron la calle y marcharon hacia el Capitolio ocupándolo  o los que quisieran ocuparlo,  los presuntos héroes salvadores de la patria , se convierten en lo que eran desde el principio: payasos con sombreros de formas y motivos ridículos.

Que ustedes lo digieran bien, me refiero al potaje.                                  

Enrique Monterroso Madueño

GOOD BYE TRUMP

 

Good bye ( 22-01-2021)

Cuando Donald Trump se paró frente a sus seguidores el pasado dia de Reyes  6 y los instó a ocupar el Capitolio  diciéndoles que le habían robado el partido  estaba haciendo lo que siempre había hecho: saltarle a piola la democracia.

La  turba  le creyó, lo que no fue nada sorprendente. Ya Platón en la Grecia clásica  advirtió de un riesgo particular sobre los tiranos: que al final se verían rodeados de gente que siempre les dice que sí pero que lo pueden llevar a la tumba . Trump ha sido el presidente de la pos-verdad y la posverdad es pre-fascismo. Como los líderes fascistas históricos pero también como las versiones locales que proliferan hoy en día en países con democracias consolidadas.   

 

El fascismo necesita la irracionalidad del odio y para ello necesita la mentira. No es el engaño habitual de muchos  políticos. Es la intoxicación, esos bulos de poca monta, pero provocadores y difundidos en gran cantidad que se propagan como la mala hierba. El embrutecimiento que necesita el fascismo solo se alcanza en estados emocionales extremos. Y cuenta con el aliado de la ignorancia más profunda. Por eso triunfa más y mejor en contextos poco informados. El fascista desprecia la información, el estar bien informado porque considera que no es necesario  para tener las ideas claras y opinar sobre lo que no sabe. Rendirse a la ignorancia y llamarla Dios siempre ha sido prematuro. Sin señalar a nadie, en general vivimos un culto a la ignorancia alimentado por la falsa noción de que la democracia significa que “ mi ignorancia es tan buena como tu conocimiento”.

 

El peligro de políticos mentirosos e ignorantes como Trump y sus versiones nacionales  reside en  que sus mentiras generan desconfianza en cierta parte de la ciudadanía. Desconfianza en torno a hechos verificables y desconfianza en las instituciones. La pandemia por covip en España como ejemplo.  Y esta desconfianza lleva a la teoría de la conspiración: mucha gente implicada en una especie de complot y de encubrimiento. Y de la conspiración , al fascismo. Esto lo arreglo yo de un plumazo, frase típica de los iletrados.

 

Cuando líderes políticos como Trump  mienten de esa forma compulsiva esperando que la ciudadanía les crea ,  lo que quieren  decir es: crees mis mentiras, lo que me obliga a repetirlas. Y para eso , nada mejor que las redes sociales que  proporcionan una infinidad de pruebas aparentes para cualquier cosa por grave que sea , especialmente si es  sostenida por un líder carismático. Lo grave es que la figura de Trump se ha replicado por doquier y ahora en cada país  tenemos nuestros pequeños Trump que siguen su patrón , lo que nos obliga a estar alertas , a defendernos de sus mentiras y a añorar la democracia a secas.

 

Cuando concedemos el poder a aquellos con el carisma y el gracejo como para embaucar a la plebe es fácil caer en la política-espectáculo. Lo vimos palpablemente aquí en Marbella con Gil. Sin un acuerdo sobre algunos hechos básicos, la ciudadanía no puede formar una sociedad civil mínimamente seria y decente. Si perdemos las instituciones lo que nos quedan son ficciones. La principal fuente de ficciones son las redes sociales. Las redes sociales no son un sustituto de la verdad. Todo lo contrario, hacen que no distingamos entre lo que realmente es verdadero y lo que se siente y se percibe  como verdadero.

 

Pero , claro, todo puede tener su fin y acabar de forma no prevista. En noviembre de 2020, al llegar a millones de mentes solitarias a través de las redes sociales, Trump dijo una mentira peligrosamente ambiciosa: que había ganado unas elecciones que, de hecho, había perdido. La importancia del asunto en cuestión era tan  grande, tan grande (  nada menos que el derecho a gobernar el país más poderoso del mundo) , que la otra parte de la ciudadanía refractaria a la mentira reaccionó . El nivel de mendacidad era insostenible.  Y por eso Biden ha jurado  decir la verdad.

 

Lo que queda por ver es si , tras la salida de Trump, la moralidad , la racionalidad , el sentido común y la verdad con argumentos vuelve a la política americana. Da la impresión de que, momentáneamente, van a ganar los buenos. Pero  la gran duda es el futuro de Trump y del trumpismo en la vida política estadounidense. Su frase de despedida no puede ser más enigmática: “ volveremos ( así en plural) de alguna manera”. La clave está en ese sintagma : de alguna manera. Atentos.

 

                                    Enrique Monterroso Madueño

                                                           22-01-2021

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