jueves, 28 de enero de 2021

GOOD BYE TRUMP

 

Good bye ( 22-01-2021)

Cuando Donald Trump se paró frente a sus seguidores el pasado dia de Reyes  6 y los instó a ocupar el Capitolio  diciéndoles que le habían robado el partido  estaba haciendo lo que siempre había hecho: saltarle a piola la democracia.

La  turba  le creyó, lo que no fue nada sorprendente. Ya Platón en la Grecia clásica  advirtió de un riesgo particular sobre los tiranos: que al final se verían rodeados de gente que siempre les dice que sí pero que lo pueden llevar a la tumba . Trump ha sido el presidente de la pos-verdad y la posverdad es pre-fascismo. Como los líderes fascistas históricos pero también como las versiones locales que proliferan hoy en día en países con democracias consolidadas.   

 

El fascismo necesita la irracionalidad del odio y para ello necesita la mentira. No es el engaño habitual de muchos  políticos. Es la intoxicación, esos bulos de poca monta, pero provocadores y difundidos en gran cantidad que se propagan como la mala hierba. El embrutecimiento que necesita el fascismo solo se alcanza en estados emocionales extremos. Y cuenta con el aliado de la ignorancia más profunda. Por eso triunfa más y mejor en contextos poco informados. El fascista desprecia la información, el estar bien informado porque considera que no es necesario  para tener las ideas claras y opinar sobre lo que no sabe. Rendirse a la ignorancia y llamarla Dios siempre ha sido prematuro. Sin señalar a nadie, en general vivimos un culto a la ignorancia alimentado por la falsa noción de que la democracia significa que “ mi ignorancia es tan buena como tu conocimiento”.

 

El peligro de políticos mentirosos e ignorantes como Trump y sus versiones nacionales  reside en  que sus mentiras generan desconfianza en cierta parte de la ciudadanía. Desconfianza en torno a hechos verificables y desconfianza en las instituciones. La pandemia por covip en España como ejemplo.  Y esta desconfianza lleva a la teoría de la conspiración: mucha gente implicada en una especie de complot y de encubrimiento. Y de la conspiración , al fascismo. Esto lo arreglo yo de un plumazo, frase típica de los iletrados.

 

Cuando líderes políticos como Trump  mienten de esa forma compulsiva esperando que la ciudadanía les crea ,  lo que quieren  decir es: crees mis mentiras, lo que me obliga a repetirlas. Y para eso , nada mejor que las redes sociales que  proporcionan una infinidad de pruebas aparentes para cualquier cosa por grave que sea , especialmente si es  sostenida por un líder carismático. Lo grave es que la figura de Trump se ha replicado por doquier y ahora en cada país  tenemos nuestros pequeños Trump que siguen su patrón , lo que nos obliga a estar alertas , a defendernos de sus mentiras y a añorar la democracia a secas.

 

Cuando concedemos el poder a aquellos con el carisma y el gracejo como para embaucar a la plebe es fácil caer en la política-espectáculo. Lo vimos palpablemente aquí en Marbella con Gil. Sin un acuerdo sobre algunos hechos básicos, la ciudadanía no puede formar una sociedad civil mínimamente seria y decente. Si perdemos las instituciones lo que nos quedan son ficciones. La principal fuente de ficciones son las redes sociales. Las redes sociales no son un sustituto de la verdad. Todo lo contrario, hacen que no distingamos entre lo que realmente es verdadero y lo que se siente y se percibe  como verdadero.

 

Pero , claro, todo puede tener su fin y acabar de forma no prevista. En noviembre de 2020, al llegar a millones de mentes solitarias a través de las redes sociales, Trump dijo una mentira peligrosamente ambiciosa: que había ganado unas elecciones que, de hecho, había perdido. La importancia del asunto en cuestión era tan  grande, tan grande (  nada menos que el derecho a gobernar el país más poderoso del mundo) , que la otra parte de la ciudadanía refractaria a la mentira reaccionó . El nivel de mendacidad era insostenible.  Y por eso Biden ha jurado  decir la verdad.

 

Lo que queda por ver es si , tras la salida de Trump, la moralidad , la racionalidad , el sentido común y la verdad con argumentos vuelve a la política americana. Da la impresión de que, momentáneamente, van a ganar los buenos. Pero  la gran duda es el futuro de Trump y del trumpismo en la vida política estadounidense. Su frase de despedida no puede ser más enigmática: “ volveremos ( así en plural) de alguna manera”. La clave está en ese sintagma : de alguna manera. Atentos.

 

                                    Enrique Monterroso Madueño

                                                           22-01-2021

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