LA CARCAJADA 24-11-2023
Dice la nueva, recién estrenada ministra de
sanidad en sus primeras palabras en su toma de posesión que va a poner todo su
empeño en mejorar la salud mental de la ciudadanía. Eso quiere decir que de entre
la multitud de problemas de la sanidad pública que hereda , ella ha querido
significar, priorizar uno de ellos -la salud mental- quizás porque ella es
consciente de que es a algo que TODOS prestamos poca atención porque cada uno
de nosotros nos consideramos muy cuerdos y no necesitamos cuidar nuestra mente.
Dicho queda, ministra. Ahora hay que intentar cumplirlo y transformar las
buenas intenciones en hechos tangibles, que los podamos ver y valorar.
Coincide la Sra. Ministra con el intercambio de
“perlas” entre el propio presidente del gobierno y el co-líder de la oposición
acerca de si el presidente está tocado, tiene un aire y necesita atención de un
especialista en salud mental porque la carcajada que este soltó en el Congreso
le parece a él que es un tic patológico. Independientemente de que la tal
carcajada fuera o no poco elegante y escapara de la formalidad parlamentaria,
lo cierto es que la reacción del co-lider de la oposición bien parece una
rabieta infantil poco seria y , desde luego, frívola y poco coherente con lo
que proclaman.
Meter la salud mental en el ejercicio de las
diatribas políticas es una forma de
menosprecio, de minusvaloración de un problema que crece entre la ciudadanía
española como es la salud mental sin que
precisamente desde lo público se venga haciendo lo que corresponde para paliar
al menos las consecuencias personales y sociales que conlleva. Y al mismo
tiempo es una demostración de las incoherencias a que nos tienen acostumbrados
ciertos políticos sin escrúpulos que dicen unas cosas y hacen otras. Políticos
que por un lado hablan de apostar por convertir la salud mental en una cuestión
de estado pero cuando le viene al pelo al primero que quiere enviar al
psicólogo o al psiquiatra es al adversario, convertido en enemigo mortal, que
soltó una carcajada estruendosa , inadecuada y poco edificante.
Yo quiero meter el dedo en una de las llagas de
la salud mental en nuestro pais, concretamente en la de los escolares pues muy
a menudo son protagonistas de escenarios conflictivos en los que hay un
sustrato o factor que desencadena un rosario de problemas añadidos que ,
justamente, tienen que ver con la salud mental. Me refiero al acoso, bulling o
como se les quiera llamar en los centros educativos. Convivencia, acoso y salud
mental son elementos que coinciden y se combinan entre si en los centros educativos,
tanto en las aulas como en los patios y los entornos y que de cuando en cuando terminan siendo
noticia en nuestro país. Dicen los estudios que dentro de cada aula hay , al menos, dos
personas que padecen acoso por parte de sus iguales que deriva con frecuencia
en estados de ansiedad y un cuadro mental y físico en la persona acosada que
exigiría una respuesta desde la propia sociedad empezando por el entorno pero
muy especialmente por parte de las propias instituciones, comenzando por la
educativa. Es una cifra tan elevada que debiera preocupar más a la sociedad
española y a sus representantes políticos.
Acabo de leer un libro muy interesante y muy original cuyo título es INVISIBLE cuyo
autor es el prolífico Eloy Moreno. El libro desgrana el drama que sufre un niño
jovenzuelo por el acoso a que es sometido por un compañero simplemente porque
es diferente. Un drama del que es imposible salir indemne porque acaba con su
vida. La recomendación de su lectura es porque el libro pone el foco en los
testigos, en- los colaboradores necesarios para, en la culpa y en la
responsabilidad social y porque nos muestra la otra cara de la violencia , la
que nunca se menciona: la de quienes miramos y no hacemos nada.
Así pues , menos bromitas con apelar a la salud
mental por una carcajada aunque sea inapropiada y censurable y más apoyo a
todas las iniciativas que hay que poner en marcha para aliviar siquiera este
drama que es la salud mental.