viernes, 16 de abril de 2021

 

VACUNAR, VACUNAR Y VACUNAR

Coincidirán conmigo en que  hay una psicosis colectiva  en torno a la vacuna británica Astrazeneca puesta de manifiesto por infinidad opiniones pero ninguna de ellas es de origen científico. La psicosis existe pero tiene que ver  con la ignorancia de la población y con una guerra comercial salvaje en torno a un negocio en el que se juegan  billones de euros.

Disponer en tan sólo un año de varias vacunas altamente efectivas contra el covid19 pasará a la historia como una de las hazañas científicas más importantes en la historia de la humanidad. Algún día se estimará cuántas muertes y cuánta ruina económica se habrían producido si hubiéramos tenido que seguir combatiendo la pandemia a base de pcr, confinamientos y paralización de la actividad económica. 

Tal logro no habría sido posible sin el esfuerzo gigantesco de miles de científicos de todo el mundo colaborando entre sí. Pero encontradas las vacunas salvadoras y llegado el momento de producirlas y venderlas, se acabó la tregua y regresó la ley implacable del mercado. La clave de esta batalla está en el precio unitario de cada una de las vacunas. Se lee que cada dosis de la vacuna  Moderna cuesta  50 euros, la de Pfizer 35  y la de AstraZeneca sólo 6 . En condiciones normales ,una diferencia tan grande  se habría comido materialmente el mercado mundial siguiendo las prácticas habituales del propio mercado. Sólo este dato explicaría en claves de mercado el  acoso brutal desplegado  para sembrar el temor y la desconfianza hacia Astrazeneca. 

Acoso al que no están haciendo frente con fuerza y razones convincentes quienes tienen poder y capacidad para ello que son las instituciones y gobiernos de cualquier país empezando por el nuestro.  Los prospectos de cualquier medicamento tan conocidos como los antipiréticos, los antibióticos ,antiinflamatorios o anticonceptivos  avisan de su peligrosidad de forma clara . Eso sí, nos advierten- para no crear psicosis- que son efectos “ muy raros” porque solo afectan a una de cada 10.000 personas que tomen dicho medicamento. La gente toma fármacos mucho más peligrosos que las vacunas y con una fruición que les falta mojar pan. Y en cada casa hay una minifarmacia con todos ellos.   

Pues bien , tras decenas de millones de inyecciones de la vacuna de AstraZeneca, se han documentado rarísimos casos de trombos con fallecimientos ( precisamente uno de ellos en Marbella ), en una proporción según dicen de un caso por cada millón de personas que la recibieron. Cualquier anticonceptivo oral presenta ratios mucho más elevadas de trombosis potencialmente mortales.

Si la realidad de los datos es la que es  y sin pretender quitarle la importancia que tiene uno solo de los casos mortales que han producido la vacuna británica y la estadounidense sabido estos últimos días , conviene al menos cuestionarse   las razones de esta psicosis y si tiene que ver con alguna estrategia comercial. 

¿Por qué la vacuna de AstraZeneca es mucho más barata que sus competidoras? Porque , al no necesitar ultracongelación   sus costes y gastos  de distribución y conservación son infinitamente menores. Pero también y sobre todo, porque  los responsables de ese laboratorio tomaron la decisión de no lucrarse con la venta de la vacuna .  Por tanto, la diferencia no es científica, es puramente comercial. 

Lo que no se entiende bien es que , dada la importancia que la psicosis generada puede tener sobre la salud y la economía de nuestro país, no se haya desplegado por parte de las instituciones una estrategia de comunicación que contrarrestara con información veraz  las reacciones emocionales de parte de la población. No se puede decir que tales reacciones no fueran predecibles : en el mundo actual, el asomo de una duda difundida en un medio digital ,  agitado convenientemente o unos cuantos tuits bien programados son suficientes para fabricar una noticia global. 

Las consecuencias de destruir la reputación de esa vacuna son muy graves para el mundo rico, pero trágicas para los países pobres. Por su precio y sus condiciones de conservación y distribución, la vacuna de AstraZeneca es la única que puede llevarse y aplicarse masivamente en los países menos desarrollados de África, Asia y Latinoamérica

Es insólito que a estas alturas algo tan elemental no se haya planteado en el Parlamento español, al menos en algún rato libre que deje el apasionante debate sobre si somos fascistas o comunistas que parece que es el virus que nos pretenden inocular.

No hagan caso. Nuestra respuesta a ese jovenzuelo malcriado ,consentido, encabritado y faltón o a esas señoras estreñidas no puede ser otra que  vacunar, vacunar y vacunar. Y ganar, ganar y ganar al virus. Y modernizar al país y crear empleo con los fondos europeos.

Que ustedes y yo lo veamos.

                                    Enrique Monterroso Madueño

 

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