SIMPLEMENTE BONILLA 31-10-2025
El escandalazo por los fallos en el cribado de los cánceres de mama en
Andalucía es una tragedia en varios
actos que aún no ha terminado ni mucho menos. El asunto viene de lejos pero
tuvo en 2024 un punto álgido cuando la
Junta activó un plan millonario para rebajar las listas de espera a golpe de
derivaciones a las clínicas privadas y
propaganda. El Gobierno andaluz vendió entonces como solución
un plan de choque de cientos de millones, con la privada de muleta y la promesa
de rebajar drásticamente la lista quirúrgica y las demoras en consultas. La
letra pequeña era otra: recortes presupuestarios, quirófanos sin personal y miles de pacientes esperando diagnóstico,
cambiándose a la privada y hasta muriendo como se está comprobando.
La foto oficial mostraba curvas descendentes pero en los pasillos la
realidad era otra: meses, años de espera, profesionales exhaustos y una
Atención Primaria que no levantaba cabeza. Un año después en 2025 las listas de
espera seguían atascadas y el discurso oficial viró del triunfalismo al matiz..
Hasta que este otoño les llegó el latigazo: los fallos en el
cribado de los cánceres de mama. El problema no era un bache: era un socavón Ahí se acabó el maquillaje. El líder
carismático, beatífico y suave de la
derecha española, dejó de sonreír y
empezó a fruncir el entrecejo y mostrar
cara de preocupación ante la eventualidad de que las mamas se lleven por
delante su sillón.
La respuesta del Gobierno a este latigazo está siendo impedir, negar una
comisión parlamentaria de investigación y cavar trincheras para lo que se
avecina . Pero no podrán ocultar que fueron ellos mismos quienes hace ya varios
años modificaron el sistema de avisos del cribado dando órdenes a la empresa
contratada al efecto de dejar de avisar
individualmente a las mujeres con diagnóstico dudoso. Ese cambio administrativo, aparentemente
técnico, es el punto de partida de toda la tragedia pues ha impedido
salvar vidas durante estos años transcurridos. La verdad ya no se sostiene con
sonrisas y cumplidos hacia las mujeres. Las mujeres, la sociedad exige
certezas, no sonrisas impostadas.
En la calle,( lo vimos el domingo pasado en Sevilla y lo veremos
próximamente en Málaga) mareas blancas,
rosas y de todos los colores , los propios sanitarios, los sindicatos y los profesionales empujan, aprietan , exigen claridad y recursos y claman
a gritos certezas y soluciones al
tiempo señalan al Presidente - rebajado
en el trato de Sr. Moreno Bonilla a simplemente Bonilla- pidiendo su dimisión.
De manera que el relato del “milagro
sanitario” ha volado por los aires. Cuando una administración confunde
comunicación con gestión y propaganda con soluciones, el boomerang siempre
vuelve. La sanidad pública no necesita muecas y galanteos: necesita personal
estable, tiempos garantizados y datos abiertos, hospital por hospital. Lo demás
es filfa.
Si algo está dejando claro este
escandalazo, más allá del descrédito personal y político de los responsables
durante estos años de la Sanidad Pública en nuestra tierra, es que la
mentira institucional tiene las patas muy cortas y que se coge antes a un
político mentiroso que a un cojo. Las redes y las plazas ya no se pliegan a los
argumentarios de cartón piedra. Cuando las víctimas se ponen de pie y se
organizan, ni el ruido mediático ni las carantoñas, ni el control informativo (
entiéndase Canal Sur) pueden taparlas. En Andalucía, la sanidad pública se
defiende en los quirófanos y en las plazas.
Tomemos nota.