miércoles, 12 de noviembre de 2025

 

UN SOLO BANDO                      7-11-2025

Los temas candentes de la sociedad española hoy ( dana, cribados, privatización de la salud, la poca vergüenza del emérito, juicios acosadores ,acoso infantil, violencia machista …) todos ellos muy fuertes tapan o solapan el debate acerca de la desigualdad generacional en nuestra sociedad. Un debate que apenas asoma la patita y que consiste en dilucidar si lo mal que viven los jóvenes/ no tan jóvenes en España que no pueden ni pagar un alquiler  tiene algo que ver con lo bien que viven los pensionistas jubilados en nuestro país. Alguien está interesado en abrir, agitar y alimentar un falso debate sobre la pobreza fáctica de la mayoría de los tardojóvenes en España y la aparente riqueza de los mayores.

El tema de la brecha de riqueza y  la propiedad entre jóvenes y pensionistas irá cobrando  más fuerza a medida que se politice y metan sus narices los ultras si no la hubieren metido ya. Es innegable que los jóvenes tienen menos patrimonio, menos viviendas y salarios más bajos que los jubilados. Pero ¿ quiere decir eso que estamos ante la causa de la desigualdad? ¿ Es la desigualdad una cuestión de edad o una cuestión social?

Parece que el verdadero problema de los jóvenes no es un asunto de riqueza comparada  con los jubilados y sus pensiones actuales como quieren hacer ver algunos sino la consideración de la vivienda no para vivir sino como objeto de negocio muy rentable. La desigualdad de renta entre los jubilatas y las nuevas generaciones, la brecha existente  se explica por la propiedad inmobiliaria más que por el dinero contante y sonante. Hoy en 2025, la mayoría de los jóvenes tienen que  destinar  el 90% de su salario para emanciparse, razón por la cual  tres de cada cuatro jóvenes con empleo siguen atrapados en casa de sus padres o viviendo en comunas. Visto así el enfoque cambia por completo.

En España, a partir de los años 70 la llamada sociedad de propietarios se convirtió en una verdadera palanca de crecimiento. Los españoles accedimos  de forma masiva a la propiedad, lo que nos transformó en clase media. Y nuestro  bienestar comenzó a apoyarse cada vez menos en los salarios  y  cada vez más en la revalorización de nuestras viviendas. No tenemos un euro pero nuestras viviendas valen un pico y eso nos da calorcito. Esta transformación ha ensanchado la brecha social porque la propiedad de  los bienes inmuebles se reparte de forma profundamente desigual hasta el punto de que quienes no tengan vivienda serán pobres en un futuro cercano.  

Avanzamos hacia una sociedad profundamente dividida: de un lado, los multipropietarios que acumulan cada vez más viviendas; del otro, una mayoría creciente sin acceso a ninguna. Muchas personas sin vivienda y muchas viviendas sin personas. Una fractura que rompe la cohesión social y que amenaza no sólo las posibilidades de progreso social para el futuro inmediato sino la propia democracia como estamos viendo  con asombro hipócrata.

No se preocupen: lo peor está por venir. La desigualdad no hace más que amplificarse: quienes ya poseen patrimonio lo acumulan a una velocidad superior al crecimiento de la economía real de nuestro pais. Esto les permite controlar una parte creciente de la riqueza total y, con ella, concentrar también poder económico, mediático y político. Una dinámica que podría llevarnos en pleno siglo XXI a niveles de desigualdad inauditos.

Si de verdad  queremos acabar con la desigualdad, la redistribución no debe plantearse entre  viejos y jóvenes, sino entre los grandes poseedores de patrimonio y quienes carecen de él. Para ello, será imprescindible un nuevo pacto social. Y eso exige una enorme fuerza política, que solo podrá construirse si jóvenes y viejos se sitúan en el mismo bando, el de los defensores de la justicia social.  

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

  EL ALBAÑAL NACIONAL      14-11-2025 Es un lujo leer todos los domingos la columna de   Manuel Vicent en El País. Personalmente la espero...