SUAVE QUE ME
ESTÁS MATANDO 10-10-2025
El presidente andaluz tiene fama de suavón, que es como
muchos andaluces llamamos a quien nos engatusa con una sonrisa y un rostro de
mantecado de Estepa. Pero el presidente andaluz no es tonto, desde luego, y ya debe saber que
el caso de las mamografías no sólo no se detiene sino que acaba de empezar y hasta puede que termine con él y su gobierno. De momento ha cesado a su Consejera en temas de salud
como si quisiera frenar la sangría con una especie de torniquete, cuando multitud de
mujeres lo que están pidiendo en las calles es cirugía y profunda.
La indignación
crece ante la comprobación de que los
responsables sólo tratan de echar balones fuera( eso sí , suavemente, que esa
es la marca del baranda) evitando que el asunto no les afecte demasiado a sus calendas
electorales y poder seguir en el cargo. Dicen que son dos mil las afectadas pero
a estas alturas hay motivos como para dudar de esa cifra y algunos aventuran ya
que a la cifra dada le falta un cero. Como si dos mil no fueran ya un escándalo
y no fruto de la “mala suerte” como si la salud o la enfermedad fuera una
tómbola.
En medio de este escándalo, la
respuesta política de los responsables indigna hasta las entrañas. Alguna de
ellas ha mostrado una falta absoluta de
empatía y responsabilidad y en lugar de
asumir la dimensión del problema y tomar conciencia de lo que implica esta
situación para la vida de las mujeres, se atreve a pedir que no se haga alarma
sobre este aparente fallo . El propio presidente ha llegado a decir que las
mujeres no fueron informadas del resultado inquietante de la primera prueba
para que no les generara ansiedad. Tela. Así es su Andalucía ideal: nada de ansiedad y
que sea lo que Dios quiera .
Insisten los
políticos responsables en referirse al tema como un
“fallo de gestión” o un “error de comunicación”, vamos como si hubiera fallado la wifi de tu casa o de tu
empresa. Indignante. Los que ellos
llaman fallos son vidas que confiaron en la sanidad pública andaluza para velar
por su salud. No. No se trata de un error aislado, ni de un
problema de protocolos sino de un modelo
de gestión basado en el desmontaje de lo público en favor de la sanidad privada
donde las personas son clientes más que pacientes. De manera que hoy un
pellizco de angustia recorre a las mujeres que temen padecer cáncer de mama pero,
de paso, también a todos los andaluces que esperan resultados de pruebas sobre
el colon o la próstata.
Y conviene no olvidar nunca , tal como dije la
semana pasada, que estos “fallos del
sistema” no golpean al azar. Afectan sobre todo a quienes dependen en exclusiva
de la sanidad pública, a quienes no tienen seguros privados ni contactos para
acelerar sus citas y su prueba. La desigualdad
también se mide en tiempos de espera y en diagnósticos tardíos; se mide
en cuánto invierten los gobiernos en sus
sistemas públicos de salud y cuánto desvían a la sanidad privada, desguazando
servicios que son esenciales.
Dentro
de unos días los veremos a todos con el lazo rosita y una suave mueca de
preocupación en su rostro. Somos libres de pensar que no es por la mujeres
afectadas sino por el sillón del poder
que puede estar en el aire. Atentas.Atentos.
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