GAZA Y
CEUTA HERMANADAS (21-05-2021)
En una viñeta de El Roto podía leerse
hace ya bastantes años que un paciente preguntaba a su doctor : “doctor,
doctor, tengo problemas de conciencia. A lo que el médico le respondia : No se
preocupe, eso se le extirpa y ya verá cómo no le molesta más” . Eso es lo que
me parece que debe estar pasando, que cada día hay menos personas a los que les
duele su conciencia y muchísimos más a quienes probablemente se la han extirpado.
Lo anterior es aplicable a tantas y
tantas situaciones de la vida a las que asistimos en vivo y en directo en las
que una mínima conciencia no digo ya social o cristiana, simplemente cívica no
nos permitiría estar en paz con nosotros
mismos sin actuar . Es decir, podemos seguir haciendo vida normal porque
previamente hemos perdido la conciencia, la consciencia.
Apelo a la conciencia en el caso palestino, el caso de los bombardeos de
Israel sobre la franja de Gaza que están masacrando a la población dentro de
una estrategia de ocupación de un territorio donde siempre vivieron los
palestinos. Pero también podríamos
apelar a nuestra conciencia en el caso de los ocho o diez mil personas lanzadas materialmente
como carnaza al mar del Tarajal en Ceuta
dentro de una estrategia de chantaje a España por negarse a aceptar la
soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, hasta hace cuatro días colonia
española.
El Sáhara Occidental y Palestina son
dos países unidos por la misma tragedia: su territorio ha sido ocupado y sus
pueblos han sido abandonados a su suerte. Están hermanados por la desgracia que
padecen desde hace décadas y ahora también por la geoestrategia. Sus
respectivas causas son apoyadas por la mayoría de la opinión pública mundial
pero al mismo tiempo y sin embargo son rechazadas por la mayoría de las
llamadas potencias occidentales. En ambos casos, sus ocupantes Israel y
Marruecos ( tanto monta monta tanto) son demasiado poderosos y bien
relacionados internacionalmente como para evitar las resoluciones de NNUU y el
derecho internacional que les obligan a atender las reivindicaciones de los
pueblos palestino y saharaui.
En el caso de Palestina quiero
destacar que no estamos ante una guerra, estamos ante una barbarie perpetrada
por humanos ; barbarie no sólo por
bombardear a población civil sino por la destrucción material y
espiritual que están produciendo. Porque destruir bloques enteros de viviendas,
destruir escuelas, carreteras, centros de salud, redes de agua, redes de
saneamiento , destruir olivares etc es destruir la vida que es cosa del
espíritu más que de la materia.
Y en el caso de Ceuta versus Sahara
Occidental ni ellos mismo lo ocultan:
estamos ante el chantaje de Marruecos a España y a Europa con el
objetivo de presionar también a Biden para que reconozcan su ocupación y
soberanía sobre el Sáhara.No es casualidad que el régimen marroquí haya abierto
su frontera coincidiendo con la ofensiva israelí y que lo haga porque el
gobierno español ha dado asistencia médica al líder de los saharauis afectado
gravemente por Covid. Marruecos suele actuar así. Lo hizo igual en 2014 cuando
su monarca fue sorprendido en aguas del estrecho por la Guardia Civil. Quieren hacernos escarmentar.
Además de la conciencia como digo , se ha perdido la memoria. Porque ninguno de
estos dos temas son nuevos; son conflictos olvidados. De ahí la importancia de
rescatarlos , ir a las causas, no para justificar o
condenar simplemente, sino para entender y comprender por qué pasa lo que pasa.
Todo lo contrario de lamentarse y decir
pobrecitos o en mirar para otro lado. Hay que recordar, hay que leer, hay que
exigir soluciones.
En el caso más cercano que nos ocupa,
el de Ceuta que es España, esta es una ocasión de cumplir nuestra deuda
histórica con el Sahara Occidental cuyos patriotas hablan español y hasta
tienen su DNI todavía como una provincia española. Es la ocasión de hacerle
frente al chantaje y hacer valer a quien corresponda el valor de las bases
americanas, las inversiones europeas en Marruecos, el peso específico de España
como frontera de Europa. Es hora de
hacer valer la historia.
Y pensar que en medio de las bombas
sobre los palestinos y de los náufragos
que ansían llegar a España está siempre la gente, la gente pobre. De ahí la
imperiosa necesidad de apelar a los Derechos Humanos, que es lo único que nos
queda, junto con el Papa Francisco.
Enrique
Monterroso Madueño
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