IDIOTAS 15-03-2024
Consciente de que hay ya
demasiados picotazos a la actualidad repleta de corrupción , de que son demasiados
los tertulianos que le sacan punta y
tajada a los koldos, al 11M y las
víctimas del terrorismo, al escándalo que afecta a la reinona de Madrid y su
pareja, al nuevo lío de los no presupuestos etc etc., doy cuatro pasos atrás como recomendaba Saramago para ver el cuadro bien y fijar mi vista en lo cotidiano, en lo que
afecta a los mortales sin perder de vista-claro está- que lo otro es muy importante y que conviene
esforzarse en que quizás- y sin quizás- lo fundamental no sea que haya
delincuentes de todos los pelajes, corruptores y corrompidos de todos los
niveles y colores , aprovechados sin
escrúpulos que utilizan hasta la carroña para medrar, que eso trasciende de lo
nacional, sino que lo que nos debe importar es comprobar que el sistema
funciona o no; que se reacciona con prontitud y se retiran las manzanas
podridas o no; que se reconocen los hechos y se piden disculpas o bien se
intenta disimular, culpar al otro y tratar de enfangar la cancha. Eso es para
mí más importante que resaltar el morbo del delito y los que delinquen. Lo
primero pone en valor la democracia con sus fisuras; lo segundo la degrada hasta abjurar de
ella poniéndola de paso a los pies de
los caballos.
Lo peor sea quizás- o no tan
quizás, que lo que se pretenda con esta acumulación de escándalos es acrecentar la estupidez humana contando
con la estulticia de la mayoría del personal ,
de los que sólo miran y oyen pero sin pensar demasiado. Lo peor, pudiera
suceder, es que para quienes manejan el
sistema sea fácil tenernos entretenidos a base de normalizar el lenguaje del
trinke, banalizar el y tú más y pasar de largo por el crimen organizado de la
propia democracia.
A veces me deja perplejo lo
bien y lo rápido que han conseguido la casi total estultificación de la
sociedad; hacernos idiotas porque, no
nos engañemos, nos estamos (o nos están) volviendo idiotas, usando la palabra
no solo como sinónimo de “tonto” o “necio”, sino también como se usaba en
Grecia, en su origen–(idiotés)–, como una persona que no tiene interés en
los asuntos públicos, los que nos conciernen a todos, ni se ocupa de ellos,
sino solo de su propio provecho. Lo estúpido es que ese “provecho” es también
un espejismo. O más bien un engaño deliberado.
La estupidez,
la ignorancia como argumento ideológico,
ha sido necesaria para que partidos claramente antidemocráticos llegaran al santuario de la democracia. Todos
sabemos que no hay nada más atrevido que la ignorancia y que sólo si nos acostumbramos
a lo vacuo podremos llegar a votar a
candidatos corrompidos o faltos
de contenido.
Llegado a lo cual,
desbrocemos el panorama nacional y
comencemos a considerar que lo que de verdad, de verdad hay en el país- pese a
esa estulticia generalizada- es un
exceso de listos que se aprovechan de cualquier cosa o situación para
enriquecerse ilícitamente aunque sea usando el sufrimiento humano, ya sean
mascarillas, el terrorismo, el narcotráfico o el tráfico de personas. Menos mal
que llega la Semana Santa que es sinónimo de perdón por tanto bochorno, por
tanto latrocinio y hasta pecados contra la democracia.
Oremos.
Enrique Monterrosoo Madueño
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