ME DUELE
PEÑARROYA 6-10-2023
Aunque
sirve para poco, en cuestiones que
advierten de las consecuencias del cambio climático está ya casi todo dicho .
No por mí o personas como yo sino porque hay un panel de expertos de la
ONU que se dedican por entero a
estudiar, a indagar, a observar y a predecir lo que le está pasando a nuestro
Planeta y al rinconcito donde vivimos. Y
no ofrecen opiniones, o pareceres sino datos contrastados. No hablan de futuro,
hablan del presente. De manera que no vale hablar en términos paternalistas de
qué planeta le vamos a dejar a nuestros descendientes porque todos estos
fenómenos están pasando ahora y lo sabemos y debieran ser las noticias más
graves e importantes de nuestras vidas.
Escribo
estas líneas a orillas de un pantano, el de Sierra Boyera en el Valle del rio
Guadiato , del que se decretó su defunción
el 8 de Abril pasado, lo que debiera haber sido motivo de luto nacional
pero que , como está en la Andalucía profunda e interior, ha pasado sin pena ni
gloria para muchos prebostes. Desde
entonces , por los grifos de nuestros pueblos no sale agua sino un líquido
túrbido y maloliente procedente de un embalse cercano( La Colada) cuyas aguas
están afectadas por grandes dosis de bacterias que las hacen no potables. Por
cierto, este dato nos hermana con Tarazona y su comarca; ¿ vamos a ello?.
Entre
los datos que nos dan los expertos en relación con los cambios en el clima interesa distinguir entre los reversibles y los irreversibles. Los
reversibles, como su nombre indica, pueden cambiar, mejorar. Pero los
irreversibles son ya imposibles de rectificar aunque nos pusiéramos a ello con
denuedo. ¿ Es reversible que Sierra Boyera pueda algún día volver a dar de
beber a nuestras gentes? Pues depende, pero harán falta muchos ríos de agua
durante mucho tiempo. ¿ Es irreversible acabar con la contaminación de las aguas procedentes de La Colada para que puedan ser usadas por nuestros pueblos? Pues también
depende, en este caso , no del clima sino de las conciencias y de las
voluntades de quienes tienen el poder para ello. Recordemos, el poder no es un
sustantivo, es un verbo : poder hacer cosas.
De
cualquier forma la imagen de nuestras gentes, mayores, muy mayores haciendo cola para llenar un envase de agua
de un camión es una imagen de la primera mitad del siglo pasado cuando menos.
Miremos
hacia atrás aunque sólo sea para coger impulso. Peñarroya es
uno de esos pueblos que lo han dado todo en su historia y esperan una
recompensa en forma de futuro. Resulta
difícil imaginar hoy , más de medio siglo después,
aquella ciudad viva y populosa, que rebosaba laboriosidad y pujanza
comercial. Atrás quedó la época gloriosa de la fábrica de tejidos de yute, la
fábrica de papel, la de abonos y productos refractarios, la fundición de plomo,
los talleres metalúrgicos, la central eléctrica , surgidos todos ellos alrededor
de las minas de carbón, verdadera fuente
de energía para la industria nacional. No queda nada. La plusvalía aquí tuvo forma de empleo más
bien precario, infraviviendas para el precariado y contaminación. No parecen
imágenes del mismo pueblo.
¿
Merece la comarca del Guadiato lo que está sufriendo? Evidentemente no. La sequía es la cuota
parte con que la Naturaleza nos hace pagar
por el desarrollo de otros , por el crecimiento despendolado de las
sociedades acomodadas. El envenenamiento de las aguas que salen de nuestros
grifos y la fórmula de suministro que acaba con la paciencia de todos y hasta
con la economía no es un castigo divino y puede revertirse a base de una medicina
muy sencilla y barata que se llama mo-vi-li-za-ción. Recuerden que sin movilización
no habrá nunca transformación. Denle dos vueltas.
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