ADIÓS AL SUEÑO AMERICANO 26-09-2025
En mis tiempos-ya pretéritos- cuando alguien desbarraba con su boca se
decía aquello de “ siempre que habla sube el pan dos reales” . Pues algo de eso pasa con Trump. El guerrero naranja
acaba de hablar en la ONU, sin papeles, improvisando, con su desparpajo y
descaro y el efecto de sus latigazos nos
ha llegado a muchos de nosotros agnósticos que no salimos de nuestro asombro y que nos permite comprobar que todo es
empeorable si seguimos con este nivel de docilidad.
Reconozcamos que los Estados Unidos han sido durante mucho tiempo un
país fascinante. Durante décadas nos
hipnotizaba cuanto venía de allí, hasta
convertir su influencia en una parte de nosotros, sin la cual los días
seguramente perderían color. Han sabido conquistarnos, colonizarnos a través de
la seducción por el consumo masivo, da igual el qué. ¿ O no?
Vemos sus películas sin descanso, oímos su música, desayunamos sus
cereales, almorzamos sus hamburguesas, bebemos sus refrescos, nos hacemos con su tecnología, calzamos sus
zapatillas, vestimos sus vaqueros, leemos a sus escritores, viajamos a sus
ciudades, admiramos sus deportistas, buscamos sus marcas, conmemoramos sus
fiestas, adoptamos sus superhéroes, estudiamos su lengua, envidiamos su
competitividad, traducimos todo a dinero como ellos, ponemos por las nubes los pioneros, los espectáculos, los intelectuales
americanos, la biblia en pasta.
Pero la imitación de lo americano, lo yanki, alcanza no sólo al consumo
sino a lo lleva consigo que es su modelo político y social y eso es
verdaderamente lo importante. Digamos que en el lote nos llevamos lo que tienen
de bueno pero también lo que tienen de perjudicial y pernicioso.
Hoy en 2025, la versión más extrema y preocupante de
ese modelo americano es el trumpismo, de Trump: un populismo nacionalista,
xenófobo y negacionista incluso frente a evidencias científicas como la crisis
climática o el paracetamol como causante del autismo. Por eso nos sentimos
concernidos por sus amenazas cuando abre
la boca ; y porque , vemos que su sombra , como la del ciprés que decía
Delibes, es alargada y llega al último rincón.
Especialmente preocupante de este personaje es su
hostilidad hacia todo aquello que no se pliegue
a un control ideológico del líder, convertido descaradamente en un
dictador totalitario. El define lo que es bueno o malo y pone en marcha
mecanismos de represión cuyo efecto más evidente no es sólo generar miedo- que
ya es grave- sino que practiquemos la autocensura, es decir, que antes
de que nos afecte directamente nos censuremos a nosotros mismos, que no llamemos
la atención por nada , que no nos enfrentemos a las injusticias, que no digamos en voz alta lo que pensamos, que dejemos de
ser asertivos que disimulemos, miremos
para otro lado y mintamos si hace falta, que nos reprimamos a nosotros
mismos, que renunciemos a los derechos y actuemos como si no tuviéramos
convicciones. Que abjuremos de nuestras ideas políticas. En definitiva, que dejemos
de ser ciudadanos y pasemos a ser cosas.
En España hay indicios de que “las cosas” podrían ir
por ahí. De hecho la Comunidad de Madrid lleva años implantando el mismo modelo
pero con otro collar. Frente a eso no cabe sino invitar a todes a rebelarse y a profundizar en lo nuestro, el
llamado km 0 de nuestra conciencia. Estamos a tiempo. Y recordemos siempre que
las cosas importantes no son cosas.
Les habló Enrique Monterroso. Cuídense y cuiden de
los demás.
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