HUERFANOS           10-3-2023

A pocos meses de las elecciones generales en nuestro país, que cerrarán una de las legislaturas más complicadas de la historia de nuestra democracia, con una sucesión de acontecimientos dramáticos —la pandemia, la guerra de Ucrania, la inflación… jalonados por guerras internas cainitas, sequías, cambios extremos en el clima etc etc —, las perspectivas electorales en España son aún inciertas.   

De cuando en cuando se difunden resultados de  encuestas de opinión, muchas de las cuales son de parte , es decir, que no están pensadas para conocer de verdad cómo piensan los españoles sino justo al revés, para generar tendencias y terminar influyendo en las decisiones ante las urnas. Una de estas encuestas es la que hace  la Agencia DB que dirige Belén Barreiros para algunos medios. Pues bien , según este último barómetro que refleja datos de fines de febrero pasado,  en estos tres años que llevamos de legislatura , lo que se refleja claramente es que el sistema de representación ha cambiado del apoyo a un partido al apoyo a un bloque . El bloquismo ha sustituido al bipartidismo. Ya no gobiernan los partidos sino los bloques . Y dentro de ese esquema de bloques, la gente , el electorado se mueve poco. La suma de votos de los partidos de un bloque son similares a la suma de los partidos del bloque opuesto.  No es un porcentaje alto el que  se pasa del bloque progresista al bloque conservador y viceversa. De tal manera que quienes cobran relevancia son siempre los votos que llamo de la periferia, quienes apoyan a opciones de la periferia española ( gallegos, vascos, catalanes, valencianos …) que de esa forma se erigen en árbitros de la disputa. Casi siempre ha sido así en España, especialmente desde que el bipartidismo dejó paso a la representación por bloques o la transversalidad.

En la recta final de esta legislatura , ante un contexto electoral reñido, las personas que no declaran su voto también cobran gran importancia. Son lo que algún analista denomina “huérfanos políticos”, es decir , que no tienen padre ni madre.  ¿ Quienes son estas personas? Pues en su gran mayoría son indecisos, abstencionistas potenciales, los que ante una pregunta responden no sabe/no contesta , los que votan nulo, o en blanco, o se ciscan en el padre o la madre de sus señorías que aspiran a representarlos dando rienda suelta a su cabreo y prefiriendo la orfandad al patriarcado .

Es preocupante el porcentaje que responde de esa manera al ser encuestado pues, si las estadísticas no mienten , los denominados “huérfanos políticos” son en España  nada menos que uno de cada cuatro españoles y , como suele pasar, son los que pueden resultar decisivos en unas elecciones, los huérfanos políticos.

¿Cómo son los ciudadanos que en estos momentos no se decantan ni por su padre ni por su madre, es decir, por ningún partido? ¿ Quienes los que  no se sienten próximos a ninguna ideología política, quienes ni entienden ni quieren entender?  Según la encuesta citada, que goza de cierta credibilidad, hay más huérfanos políticos entre las mujeres que entre los hombres, en las franjas de edad por debajo de los 65 años, en los municipios pequeños, entre las clases más vulnerables y entre los parados. Y aunque afirman que hay una  fuerza política por la que más simpatía sienten,  en este clima de polarización y a estas alturas del espectáculo  es probable que muchos de los huérfanos políticos terminen optando por no votar a ningún partido. Cómo adoptar huérfanos en estas condiciones será uno de los principales retos para los partidos en las próximas campañas electorales. Oído cocina.