CENSURA
Y TORTURA 24-3-2023
La
actualidad, aquí en España, estuvo presidida por la farsa de una censura al
gobierno democráticamente elegido por parte, precisamente, de quienes no creen
en la democracia ,iniciativa que lo que realmente trataba era de
agitar a los españoles y emponzoñar un poco más la política. Y mientras aquí
en España tenía lugar tan bochornoso espectáculo, fuera de nuestras fronteras,
allá en el mercado de las finanzas, en el corazón de Silicon Valey o Credit Suisse ,allá en los parquets de las principales
bolsas de nuevo tuvimos pánico ante el aleteo de una crisis que ya conocemos por experiencia de
caída de bancos, rescates a cargo de endeudamientos masivos, recortes, escenarios apocalípticos como las
de 2008 .
En Ucrania sigue
teniendo lugar una guerra que nos afecta y de qué manera y que, a mi juicio,
también tiene mucho de farsa con la gravedad añadida de la destrucción que está
produciendo y las vidas que está segando. Una guerra falsaria en la que también
hay agitadores interesados, polichinelas de la escena internacional,
acostumbrados al manejo, porque lo que mueve a
los americanos no es tanto defender a Europa, como usarla de avanzadilla de sus intereses como potencia
mundial. En este momento Estados Unidos es el gran ganador de la guerra de
Ucrania. Es el proveedor de armas en grandes cantidades a sus socios al tiempo
que han desplazado de Europa el gas barato ruso y ahora tienen vía libre para
vendernos su propio gas obtenido, por cierto, a través de técnicas como el “fracking”
muy perjudiciales para el medio ambiente, mientras nosotros nos empobrecemos.
Y mientras la
actualidad es sacudida por tamañas amenazas aquí ya vivimos en vilo con la
subida de precios que no cesa , como el rayo, y que nos hace cada día más
pobres a todos pero especialmente a quienes no pueden soportarla con los
escasos ingresos de sus salarios , el precariado. Una subida que casi nadie
sabe explicar, que no entendemos y de la que, incluso, pretenden hacernos responsables;
no es que tengamos ansias por comprar,
por consumir, por gastar, por acumular y fruto de ese frenesí se producen las
subidas de precios en aplicación de esa regla que todos invocan de la ley de la
oferta y la demanda. No. Hoy, en el siglo XXI estamos a merced de factores
sistémicos o globales de la economía internacional. Y, a pesar de que en teoría
disponemos de mecanismos para intervenir y controlar los desajustes que se
produzcan en el interior del sistema, o sea, los bancos centrales de Europa o
de Japón, o de USA etc., lo cierto es que cuando intervienen lo hacen
equivocadamente o en servicio de los de siempre, de la Banca, los mismos que
generan y se aprovechan de las convulsiones. Por eso resulta tan difícil
controlar la inflación, porque los bancos centrales se equivocan al
combatirla subiendo el precio del
dinero, los tipos de interés intentando así enfriar la economía cuando lo que están consiguiendo es
empobrecer a las personas ya de por sí vulnerables y empobrecidas. Y también
muchos desaprensivos sin conciencia aprovechas la situación para elevar sus
márgenes disfrazados de costes de producción. La subida de precios no se va a
resolver subiendo los tipos de interés. Si acaso, esa medida puede
provocar que baje la fiebre del enfermo, pero va a terminar matándolo. No, no
nos sentimos protegidos.
A todo eso debemos
añadir el cambio climático de gravedad extrema responsable de los fenómenos que
estamos padeciendo en forma de sequías, incendios como el que asola hoy tierras
de Teruel y Castellón, temporales que sacuden el litoral llevándose la arena
porque las playas están previamente ocupadas, pantanos secos como el de Sierra
Boyera etc. El cambio es tan ostensible y tan real que, si le preguntamos al
Planeta, a la naturaleza sobre el tiempo que hace nos responderá que no es la
primavera la que ha comenzado sino el verano, el verano climático que nada
tiene que ver con las estaciones del año sino el verdadero, el que se corresponde con la hecatombe del cambio
climático.
Son, a mi juicio,
estos temas los que prioritariamente debieran ocuparnos y no tanto el teatrillo
que tuvo lugar en un Parlamento ya bastante denigrado por los mismos, donde se
interpretó un paripé, se engañó deliberadamente a los españoles y , sobre todo,
se esparció suficiente estiércol como para abonar el terreno de la antipolítica
que es lo que a lo que juega el nacionalpopulismo que nos acecha.
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