SÍMILI SÍMILI 20-1-2023
Cuando los únicos periódicos eran en papel y los lectores
escribíamos “Cartas al director”, las
cartas de pacientes o familiares dando las gracias tras un trance hospitalario
eran un clásico imprescindible . Todavía se pueden leer en algunos medios,
aunque hoy ,sobre todo, se publican en redes sociales. Ya saben de qué les
hablo, ese mensaje cálido que comienza contando un sufrimiento vivido de
cerca y que, una vez pasado el
susto, sentimos la necesidad de agradecer
el trabajo y entrega de las y los médicos, enfermeros, auxiliares
que nos atendieron a nosotros o a una
persona próxima. Suelen ser cartas muy emotivas, pues pocas veces estamos tan
agradecidos como cuando nos da un trato humano en nuestras peores horas.
Me acordaba de esas cartas estos días, con la huelga que los médicos y pediatras de la
atención primaria y pediatría de diversas comunidades españolas inician hoy para denunciar
las condiciones de la sanidad pública desangrada por unas cuantas
puñaladas neoliberales . Y se me ocurría
que quizás en estos momentos también deberíamos escribirles cartas de
agradecimiento por su actitud porque sus denuncias, encierros, huelgas y
manifestaciones no dejan de ser una
forma de mantener con vida e impedir que empeoren o cronifiquen los males
del enfermo que no es otro que la sanidad pública española, esa de la que nos
sentimos tantas veces ufanos y que estos días son materia de discusión . Males que yo me
atrevo a resumir en estas cuestiones :
Por un lado la inestabilidad laboral; resulta que casi la
mitad de los médicos de atención primaria y pediatría en España son interinos; esto quiere
decir que funcionan en base a contratos de una duración determinada, que no son
fijos , vamos. Esta situación necesariamente afecta a la calidad asistencial.
Otra cuestión tiene que ver con cuestiones de organización de
las propias estructuras sanitarias. Aquí sabemos bastante de desorganización fundamentalmente porque lo
nuestro es la improvisación. Se les llena la boca diciendo que son la piedra
angular de todo el sistema pero no se les presta atención. Mucho te quiero
perrito pero pan poquito.
Lo tercero y no menos importante es que la atención primaria en la sanidad es como la
enseñanza primaria en educación , que todos los males que le aquejan a la
sociedad se los quieren endosar para que se ocupen de ellos : gripes, vacunas,
covid, cribados, programas, educación para la salud, tabaquismo, prevención del
cáncer etc etc. Y a la escuela primaria,
lo mismo. Todos se acuerdan de la escuela para reclamar que se ocupe de
problemas que son de toda la sociedad y no propiamente del currículum oficial. Vamos,
que son como una percha donde se pretende colgarlo todo porque todo lo aguanta.
Y hay un cuarto factor : los médicos de atención primaria,
como los maestros de primaria son los que menos ganan dentro de sus respectivas
escalas. Con razón a la hora de cubrir las plazas convocadas en el MIR las
últimas plazas por las que optan los
aspirantes son la de Médico de Familia, las que no quiere nadie. Así es que si
eres dermatólogo, cardiólogo o cirujano puedes ganar una pasta pero si te pasas un montón de horas
en un ambulatorio te comes los mocos o haces un montón de guardias. Y ,
curiosamente, también les pasa lo mismo a los maestros con respecto a los de
escalones superiores.
Pues bien, en vez de escritos de agradecimiento, leo en
comentarios de noticias y redes sociales lo contrario: críticas y mofa “Unos
flojos, eso es lo que son” “ primero se van de vacaciones y cuando vuelven se
ponen de huelga”. Inaudito que esto lo diga la reinona de Madrid cuya única
estrategia es tratar de dividirlos , que cedan a la presión política y
mediática y acaben por rendirse
Soy de los que piensan que la sanidad pública, como la
escuela pública, son tan importantes que
no pueden dejarse su defensa sólo en manos de sus profesionales. Antes al
contrario, es una cuestión de responsabilidad social y nos compete a todos, al
menos a todos los que defendemos lo público. Y no sé si les estamos dando todo
el apoyo necesario para sostener un pulso como el que está sobre la mesa en
Madrid, en Andalucía y media España.
Así que, preparados para aguantar ese pulso que puede ser
largo y que creará momentos de debilidad , de duda. Justamente por eso se hace una huelga, para
ganarla.
Atentos.
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