TIEMPOS JODIDOS                       14-10-2022

 

Estamos en pleno otoño de 2022, en plena crisis global debido a una guerra que parece estar comenzando ahora y que amenaza con sumirnos a todos en la pobreza , el planeta abandonado un poco a su suerte,  despendolado y a su bola en vista de que es muy complicado sorber y soplar, crecer y decrecer… Y aquí en España, la España del 12 de Octubre , la del 13 y del 14 y de todos los días tampoco parece que nos importe demasiado algunas cosas : a unos no les importa que tengamos una Justicia caducada y dedicada a la política; a otros  investigar el por qué hubo tantos muertos en las residencias madrileñas ; otros corren un velo tupido sobre  aquello del verano de la valla de Melilla; muy pocos se aprestan  acordar una ley sobre el derecho a la vivienda a las puertas del panorama sombrío, casi dramático  que se avecina. A muchos, casi la mitad , no les importan los impuestos, esos que sirven para construir un país. A casi nadie le importa tampoco la manipulación informativa y se nutren de tic toc o simplemente pasan.  

Pero , claro, esto no es algo privativo de España . Tampoco en Europa parece importarle mucho a la gente  el uso de la diplomacia para frenar la deriva de la guerra en Ucrania, ni quién destroza los gasoductos que deben traernos calor este invierno. Como tampoco parece importar mucho en Europa  que el fascismo vaya ganando gobiernos  ni importa tampoco que se incumplan los pactos climáticos y vayamos a dejar una mierda de planeta.

Cuando hay tanta gente  a la que deja de importarle lo fundamental, el fenómeno se contagia y al ciudadano de a pie acaba por no importarle la verdad y se conforma con un meme graciosillo. Pues con todo esto, en lugar de rebelión   una ola de resignación – a modo de fantasma- parece recorrer  el mundo.  Nos resignamos,  nos refugiamos en nuestro yo y a lo demás y a los demás  que les den.

Cansados de que nada importe ya, muchos viven   sumergidos en una especie de estado de letargo,  de brazos caídos y sálvese quien pueda  cuando no de actitudes depresivas  que supone una maravillosa puerta abierta para que los expertos en nihilismo, en populismo, en egoismo, en  desfachatez hagan su agosto. Pues no. Lo mío es predicar y lo mío es la pedagogía: tenemos que esforzarnos por explicar este mundo de la mejor manera que sepamos.  Que pagar impuestos no es un castigo sino la manera de construir un país con sus necesidades dentro , que las guerras no se paran con más armas sino con más diplomacia, que no es lo mismo realidad que bulo, que si se promete algo en la oposición debes cumplirlo en el gobierno, que falta atención psicológica en la sanidad pública, que los ricos deben pagar en proporción a lo que tienen, que sin justicia social no hay convivencia,  y que sin escuchar  la verdad  estamos todos en la cuerda floja, por no decir jodidos. Así de claro lo veo yo.  . Gracias por estar ahí.