TRAPICHE NORTE

                                                Enrique Monterroso ( 18-03-2022)

En una ciudad el urbanismo lo es todo. Es el instrumento que permite planificar el territorio en función de unos criterios u otros. Siempre se ha  concebido el urbanismo con una cuestión técnica que sólo interpretan los entendidos. Pero no es así. Justo lo contrario, es la materia donde más sentido debe tener la participación de la ciudadanía pues si con algo tiene que ver la planificación de una ciudad  es con las personas y sus necesidades. Los poderes públicos, el Ayuntamiento de un municipio,  deben tener como misión principal la defensa de los intereses generales de la ciudadanía que se traduce en la calidad de vida de sus habitantes ligada a los equipamientos públicos, a las infraestructuras , a la conservación del medio ambiente y al acceso a servicios básicos que desarrollan derechos sociales.

El urbanismo  debe buscar además  un equilibrio entre el considerado centro urbano y sus   núcleos residenciales, sus barrios o distritos  procurando   la aproximación de los servicios, las dotaciones y los equipamientos a la comunidad residente, justamente para favorecer   la cohesión y la integración territorial y social.

De todo eso esta ciudad sabe mucho. Sabido es que durante varios lustros  el urbanismo  ha sido aquí el caldo de cultivo para la corrupción y la especulación. También de descompensación entre sus núcleos poblacionales y entre sus barrios. La 340  y las autovías no unen, segregan a la población. Poco o nada se ha hecho por vertebrar.  Y ahora con el paso del tiempo sufrimos sus derivadas pues estamos ya , desgraciadamente , no en la época de las causas sino de las consecuencias.

La zona norte de la ciudad por encima de la A7 conocida como Trapiche Norte presenta una realidad objetiva  que se puede calificar de colapso entre la elevada cifra de viviendas construidas en las pasadas décadas al margen de una debida planificación y el nivel dotacional de equipamientos e infraestructuras  que no cubren las necesidades de una población en su mayoría joven con una tasa de natalidad por encima de la media de la ciudad. De tal forma que corre el peligro de constituirse en un núcleo de población con finalidad  habitacional o ciudad dormitorio habida cuenta de sus múltiples carencias reunidas.  

Si a eso se suma   el enorme tráfico rodado para  su conexión con la ciudad derivado de la obligatoriedad de utilizar el coche para ir a los centros donde se encuentran todo el tejido comercial  y dotacional necesarios para una vida de calidad , tendremos la estampa casi completa de un barrio con casas pero sin almas. Porque una ciudad, un barrio no puede ser una gran superficie comercial rodeada de casas sin más. Un barrio, una ciudad es algo vivo que respira por sus poros y necesidades.

Por todo ello resulta de toda justicia y necesidad  desarrollar proyectos como el que esta misma semana ha comenzado su andadura bajo el nombre de Cultura y Naturaleza Trapiche Norte de carácter cívico pero apoyado en las instituciones escolares de la zona y el propio Ayuntamiento por medio de su Delegación de Cultura y Enseñanza. También con el compromiso de una Fundación Privada como Arboretum. Un proyecto no es una mera ocurrencia de alguien ni es una cuestión personal. Es un instrumento para la transformación de una realidad que no nos gusta.

No se trata tanto de  ofrecer un programas de actividades de índole cultural o medioambiental sino de  contribuir a la creación de un Espacio para la Cultura a disposición de cuantas personas muestren voluntad y compromiso para generar acciones  y compartirlas con la ciudadanía.

Y junto a esto , el proyecto es una apuesta  para la coordinación , el intercambio y el disfrute del talento que encierran ( nunca mejor dicho) nuestras comunidades educativas si la solidaridad y el compromiso con la ciudadanía  se superpone al afán individualizado por atesorar lo que debe ser un esfuerzo y una creación  cooperativa bajo las señas de identidad de la Cultura y la Naturaleza en  Trapiche Norte.

El proyecto acaba de comenzar. Más que suerte le deseo larga vida pues será señal de que sus protagonistas se lo han tomado en serio.