MONCLOA,
TENEMOS UN PROBLEMA
Enrique
Monterroso 23-03-2022
Repasemos brevemente. Una pandemia de horror sacudió a
media España hace ahora dos años
coincidiendo con el bautizo de un gobierno de izquierdas en este país , apenas
mes y medio después de tomar posesión. Decenas y decenas de miles de
muertos, centenares de miles de trabajadores salvados in extremis por los
ertes, la economía endeudada, la España vaciada . Un circo se adueñó del
parlamento donde cada día cada día las derechas de este país rivalizaban en
burradas para desestabilizar la democracia y derribar de paso a un gobierno
legítimo. Resistiré fue la palabra.
También llegó por entonces Filomena, con temperaturas
de hasta -30º y el dios Eolo desatado , que se cobró sus víctimas y destrozos por
buena parte de España y su litoral , daños que todavía son visibles y se están acoquinando todavía . La naturaleza contra España. No te
olvidaremos, Filomena. Pero la solución queda lejos y los cambios en el clima amenazan con volver a su debida hora.
Pronto se sumó
también a este escenario el volcán de La Palma: 85
días de erupción, 9.000 seísmos en la isla canaria y ríos de fuego que arrasaron pueblos y haciendas personales
enviando a la miseria a miles de palmeros y a la economía del Estado que acudió
en su ayuda. España en vilo.
Le siguió el derbi siempre a cara de perro de la
Reforma Laboral y el del salario mínimo con media España en contra de la otra jaleada
por quienes no quieren que el progreso alcance a todos. Fue necesario un parto
con fórceps que produjo desgarros dolorosos y costurones en el tejido nacional.
Menos mal que la partera salió indemne.
Y ahora, Marzo del 22, cuando parecía que podíamos empezar a subir la
gran cuesta, asistimos atónitos a la vesanía del sátrapa ruso que ,además
de suponer un crimen contra la humanidad sin la más mínima justificación contra
su amada Ucranía ( no la ames tanto, ruso), nos mete a todos en la guerra y está cargándose la incipiente mejoría de nuestra maltrecha economía hasta el punto
de que hablamos ya sin tapujos de “economía
de guerra” para justificar lo que nos viene encima en forma de pobreza con el
consiguiente cabreo del personal previamente cabreado. Porque necesitamos pan y paz pero de momento
vamos a subir el presupuesto de las armas.
La gasolina sigue subiendo en todo el mundo hasta
límites insostenibles. Y lo mismo hace la luz. Si unimos la electricidad y la
gasolina tenemos una bomba. Y eso es exactamente lo que algunos han unido hasta
explotar. La historia dirá que en medio de la guerra en Europa en 2022 alguien
prendió otra mecha , otra guerra , esta nacional, en forma de paro de transporte. Justo en el momento
adecuado para llevarse por delante lo que encarte, por ejemplo un gobierno. Que se lo digan a los chilenos que no olvidan
su historia. Apuntan fino los jaleadores , justo a la línea de flotación, al
desabastecimiento de la población , a las estanterías vacías y al pánico que
acompaña a la pérdida de cordura. Y los córvidos de la política merodeando y
haciendo caja.
Todo esto , nada menos que esto sólo en dos años, aquí
en España , en vivo y en directo, el pasado 14 fue la onomástica. Para colmo , el
partido que gobierna en España se da un tiro en el pie con la traición al
Sahara rendido ante la extorsión del moro. Traición que nadie entiende pero que
va a generar un conflicto de calado insospechado por ahora pues el moro juega
al chantaje y más pronto que tarde exigirá nuevas genuflexiones.
Todo esto , repito, está pasando no en Marte ni en Pernambuco sino
aquí en España, en esta España nuestra. ¿ Qué nos falta ya ?, me pregunto yo ,
les pregunto a ustedes . Un meteorito. Nos
falta un meteorito. Atentos.
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