EL RAYO QUE NO CESA
Enrique
Monterroso 11-03-2022
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche” escribió Pablo Neruda en su famoso
poema. Me martillea la mente esta frase cada vez cada día que no encuentro
motivos para teclear palabras de
esperanza. Podría ensayar a decir algo en favor de la bondad de cuantas
personas se esfuerzan en hacer llegar a la frontera de Ucrania mensajes de amor
envueltos en paquetería humanitaria. Podría invocar a la paz no como una opción sino como una obligación, como una conquista irrenunciable. Podría
vibrar de emoción con quienes han optado
por la resistencia como sinónimo de victoria. Podría buscar adjetivos para
calificar la barbarie del invasor. Podría inclinar la balanza mediática de más
armas o más diplomacia con una opinión personal ,poco autorizada. Podría
enervarme con el conocimiento del subidón del parquet de Wall Street ante la
previsible derrota del adversario. Podría gritar que guerra y razón son un
oxímoron inaceptable. Podría… Podría…
Traigo a mi memoria las palabras de Collins ,uno de los
astronautas norteamericanos que en 1969 viajaron a La Luna pronunciadas desde la nave nodriza mientras su compañero
Amstrong pisaba el suelo lunar referidas
a las emociones que la visión de La Tierra desde el espacio le suscitaba. Decía
Collins que “La Tierra, suspendida
milagrosamente en el espacio es una joya azul y blanca , una pequeña pero
brillante esfera azul celeste adornada con velos blancos perdida en un
espeso mar de misterio negro. Es tal su belleza que nadie podría imaginar que
en la corteza de una cosa tan bella tuvieran lugar guerras entre sus moradores,
desastres naturales que provocaran dolor”.
Desgraciadamente no es así. Tras esa esfera azul envuelta en
velos blancos hay maldad suficiente como para provocar tamaña injusticia
destructiva como estamos contemplando en directo. También hay mucha bondad sobre
La Tierra pero ya sabemos que el bien no siempre gana. El filósofo Santiago Alba Rico escribió en uno
de sus artículos recientes que “hay que ser pesimista y defender la ingenuidad. Hace falta mucha ingenuidad para volver a
empezar todos los días en un mundo tan malo; hace falta mucha ingenuidad para
volver a cocinar cada día, regar las flores, o cuidar a los cuerpos vulnerables”.
El pesimismo de la razón no puede conducir al nihilismo de no
hacer nada, de abandonar y tirar una toalla que presto recogerá el adversario.
Todo lo contrario. Acabo de ver la película el ciudadano ilustre
basada en el libro de Mantovani en la que el personaje central se enfrenta a la
crueldad de la realidad farisaica y
contradictoria de su pueblo- Salas- (
este mundo) pronunciando una frase ya
mítica : “ como curtido observador de esta comedia humana me siento en la
obligación de tratar de hacer de este mundo un lugar menos horrible; Sé que es
una batalla perdida pero eso no significa que abandone la lucha”
Termino
con otra cita de Neruda que me inspira
en esta triste tarde sentimientos encontrados entre el abatimiento ante el rayo que no cesa y la necesidad de la utopía
peleando por un mundo más justo, más
libre , más solidario. Dice así :
Mi lucha es dura y
vuelvo con los ojos cansados,
a veces , de haber
visto la tierra que no cambia,
pero al entrar , tu
risa sube al cielo y me busca
y abre para mí todas
las puertas de la vida...
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