miércoles, 9 de marzo de 2022

 

EL RAYO QUE NO CESA

                                                            Enrique Monterroso 11-03-2022

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche escribió Pablo Neruda en su famoso poema. Me martillea la mente esta frase cada vez cada día que no encuentro motivos para teclear palabras de  esperanza. Podría ensayar a decir algo en favor de la bondad de cuantas personas se esfuerzan en hacer llegar a la frontera de Ucrania mensajes de amor envueltos en paquetería humanitaria. Podría invocar a la paz  no como una opción sino como una obligación,  como una conquista irrenunciable. Podría vibrar de emoción con  quienes han optado por la resistencia como sinónimo de victoria. Podría buscar adjetivos para calificar la barbarie del invasor. Podría inclinar la balanza mediática de más armas o más diplomacia con una opinión personal ,poco autorizada. Podría enervarme con el conocimiento del subidón del parquet de Wall Street ante la previsible derrota del adversario. Podría gritar que guerra y razón son un oxímoron inaceptable. Podría… Podría…

Traigo a mi memoria las palabras de Collins ,uno de los astronautas norteamericanos que en 1969 viajaron a La Luna pronunciadas  desde la nave nodriza mientras su compañero Amstrong  pisaba el suelo lunar referidas a las emociones que la visión de La Tierra desde el espacio le suscitaba. Decía Collins que  La Tierra, suspendida milagrosamente en el espacio es una joya azul y blanca , una  pequeña pero  brillante esfera azul celeste adornada con velos blancos perdida en un espeso mar de misterio negro. Es tal su belleza que nadie podría imaginar que en la corteza de una cosa tan bella tuvieran lugar guerras entre sus moradores, desastres naturales que provocaran dolor.

Desgraciadamente no es así. Tras esa esfera azul envuelta en velos blancos hay maldad suficiente como para provocar tamaña injusticia destructiva como estamos contemplando en directo. También hay mucha bondad sobre La Tierra pero ya sabemos que el bien no siempre gana.  El filósofo Santiago Alba Rico escribió en uno de sus artículos recientes que hay que ser pesimista y defender la ingenuidad.  Hace falta mucha ingenuidad para volver a empezar todos los días en un mundo tan malo; hace falta mucha ingenuidad para volver a cocinar cada día, regar las flores, o cuidar a los cuerpos vulnerables”.

El pesimismo de la razón no puede conducir al nihilismo de no hacer nada, de abandonar y tirar una toalla que presto recogerá el adversario. Todo lo contrario. Acabo de ver la película el ciudadano ilustre basada en el libro de Mantovani en la que el personaje central se enfrenta a la crueldad de la   realidad farisaica y contradictoria  de su pueblo- Salas- ( este mundo)  pronunciando una frase ya mítica : “ como curtido observador de esta comedia humana me siento en la obligación de tratar de hacer de este mundo un lugar menos horrible; Sé que es una batalla perdida pero eso no significa que abandone la lucha”  

Termino con otra cita de Neruda que me  inspira en esta triste tarde sentimientos encontrados entre el abatimiento ante el  rayo que no cesa y la necesidad de la utopía peleando  por un mundo más justo, más libre , más solidario. Dice así :  

Mi lucha es dura y vuelvo con los ojos cansados,

a veces , de haber visto la tierra que no cambia,

pero al entrar , tu risa sube al cielo y me busca

y abre para mí todas las puertas de la vida...

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