UN
PSICÓPATA PELIGROSO
Enrique Monterroso 4-03-2020
Escribió Sanchez Ferlosio aquello de “ vendrán tiempos
peores que nos harán mas ciegos; vendrán tiempos más ciegos que nos harán
peores”. Y exactamente eso es lo que me parece que estamos viviendo estos días.
Resulta conmovedor comprobar la fortaleza y la valentía del pueblo ucraniano
tratando de defenderse del ataque despiadado de un loco con armas
nucleares. Se agotan los adjetivos para
calificar al líder ruso que ha promovido esta locura y cuyo nombre no quiero ni
escribir. De todas las formas de adjetivarlo,
me quedo con la palabra psicópata, una persona que no tiene empatía , que
no siente nada por los demás, impulsivo, manipulador y que no tiene escrúpulos.
Porque yo creo que hay un componente de personalidad en este personaje para
entender su forma de actuar.
Creo que yerran algunos analistas que intentan explicar, desde luego
no justificar, en clave estrictamente geoestratégica o de seguridad entre los
bloques Este u Oeste, Oriente/ Occidente como si estuviéramos a mitad del siglo
pasado. Y creo que se equivocan porque omiten
un hecho fundamental por primario y es que la decisión de Rusia de invadir
Ucrania responde básicamente a la pretensión de un autócrata, de un
psicópata de dominar la voluntad de un
pueblo soberano invocando identidades étnicas y mitos fundacionales medievales afirmando
que el destino de ese territorio está ligado indisolublemente a Rusia. Es
una cuestión de una mente delirante
Resulta paradójico por otro lado que este psicópata
delirante hable de desnazificar Ucrania
cuando lo que realmente pretende es
evitar la construcción en este país de una identidad nacional propia que lo
aparte definitivamente de los sueños imperiales rusos. Y esto sí que es propio del nazismo. Teme perder para siempre
una hija muy querida para la madre Rusia si logra entrar en la OTAN y en la UE porque la UE encarna una liberalidad intolerable para
lo que el mandatario ruso entiende por valores eslavos y un concepto de
democracia que choca con su concepto de autoridad y orden.
Y desde luego aquí en España comprobamos con asiduidad
que en política también hay torpes. Me refiero a la torpeza infinita de desviar
los focos de donde deben estar que es valorar adecuadamente la gravedad de esta
guerra, de reinterpretar la paz y tratar
de resaltar las concomitancias entre el
loco de allí y los locos de aquí, en desviar los focos -digo- a otro debate en
el seno de una organización política que
a su vez forma parte del gobierno de España, un debate que no toca ahora
, propio de un lenguaje y una
iconografía propia de la guerra fría.
Dicho lo cual bien alto debo terminar diciendo que “ todo es empeorable” y lo cierto es que ante la gravedad de la
situación y lo fácil que es apretar un botón sin retorno quizás no debiéramos tentar
al demonio y sí intentar llegar a un acuerdo para que Ucrania tenga estatus de país
neutral y desmilitarizado previo el abandono de las armas , obviamente. Y ello
porque las guerras se sabe cómo comienzan, no cómo terminan. Y porque del
desenlace de esta desquiciada aventura bélica dependerá el rumbo del orden
mundial. Sería una pésima noticia para las democracias liberales que un
discurso como el del mandatario y psicópata ruso , anclado en esencias
identitarias y ambiciones imperiales, resultara victorioso. Imperiosa es por tanto la necesidad de derrotarlo.
Por cierto, con armas tan peligrosas como ayuda
humanitaria partirá próximamente un convoy desde esta ciudad hacia la frontera
polaca para socorrer a las personas que huyen de la guerra. Es cómo no, una
iniciativa de los bomberos de Marbella y San Pedro , esta ciudad tan frívola
que esconde, sin embargo, una
generosidad sin límites.
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