UNOS ERUCTAN, OTROS FLATULAN. ASÍ NO SE PUEDE(12-11-2021)
El secretario General de la ONU Antonio Guterres nos viene
advirtiendo de que nuestra adicción a los combustibles fósiles nos está
llevando al abismo. Tiene razón. Pero hay que ir a las causas, no quedarnos tan
sólo en las consecuencias. O sea, que hablando de lo que sí podemos hacer desde
abajo las personas de a pié, la ciudadanía es reconocer y admitir que el modelo imperante de consumo es una de
las principales causas que retroalimenta esa adicción. Está muy bien que los
líderes mundiales acuerden, como han hecho, acabar con la deforestación y
reducir las emisiones de metano. Pero lo que no dicen ,aunque es obvio pero
mucha gente no cae en ello, es que ambos fenómenos están asociados indisolublemente
al mantenimiento de una ganadería
intensiva que seguirá estando ahí mientras no reduzcamos el voraz consumo
actual de carne. Ya saben , mientras unos eructan , otros flatulan. Pero
los líderes mundiales no lo dicen tan claro , porque también es
obvio que los intereses para ocultarnos ese tipo de relación causa-efecto son
muchos y poderosos. Somos conscientes de ello, sabemos que no es fácil; pero una cosa es comprender y otra
justificar. Si no los afrontamos con seriedad no atacaremos la raíz del
problema y las declaraciones bienintencionadas y los esfuerzos de muchos,
porque cada día somos más, quedarán
seguramente solo en eso, en buenas intenciones.
Escuchando las declaraciones y las decisiones que los líderes
mundiales están barajando en el marco de la COP26, dan ganas de gritarles:
"es el consumismo, estúpidos". Y no con ánimo de insultar, sino
simplemente de advertir algo que resulta obvio, pero que ni ellos ni, en
general, la mayor parte de la ciudadanía reconocemos. Y no es otra cosa que tenemos
un elefante llamado consumo desmesurado dentro de la habitación, pero no
queremos verlo.
Sí, porque una de las explicaciones de la actual crisis climática
que padecemos es que hemos convertido en normal un modelo económico en el que
los países ricos consumimos muy por encima de nuestras necesidades, utilizando
para ello unos sistemas de producción que generan emisiones y residuos muy por
encima de las posibilidades de la naturaleza para asimilarlos. Consumir es
necesario para sobrevivir y para alcanzar un grado suficiente de bienestar,
obviamente. Pero caer en un consumismo
irracional que convierte al propio consumo en objetivo vital prioritario, no
solo no soluciona el problema sino que nos convierte en parte del problema
deteriorando el planeta y , por ende, a las sociedades que lo
habitamos.
Comencemos por aceptar – todos, no unos cuantos “-istas”-que
producimos, consumimos y desechamos en grandes cantidades a un ritmo cada vez
más rápido. En este primer mundo de la abundancia sustituimos los objetos antes
de que acabe su vida útil, en un ejercicio inconsciente de despilfarro. Lo
hacemos con la comida y con la ropa, con los móviles, los ordenadores y los
televisores. Las empresas, la publicidad nos incitan a ello ofreciéndonos
constantemente productos con pequeñas mejoras tecnológicas que a veces son más
aparentes que reales, pero caemos en la trampa. Y quienes pueden , también
abusan de forma excesiva de la calefacción o el aire acondicionado. A “tuti
plen”, como si no fuera con ellos. Y digo quienes pueden porque ,al precio que está la energía, los pobres
hace ya tiempo que usan la mantita en
invierno y el abanico en verano. Lo peor es que no parece que estos
comportamientos nos hagan más felices, porque también el consumo de
ansiolíticos y antidepresivos está disparado.
Y este consumo irracional lo practicamos incluso con la pseudo información , los chats y toda esa jerga que recibimos en los
móviles . Dentro de unos días será Black Friday. Pues ya verán cómo
desechamos todos los mensajitos
relacionados con el cambio climático, la cumbre de Glasgow etc y los sustituimos por toda una bacanal
consumista de chollos , de descuentos y
de refocile para el cuerpo. Todo un ejercicio de incoherencia y de falsedad. Y
luego hablamos y le echamos la culpa de todo a los políticos.
¿ De verdad pensamos que así vamos a ser capaces de reducir las
emisiones que le afectan a nuestro planeta invernadero, hasta ahora llamado
planeta Tierra? Ahí lo dejo. Continuará.
Buen fin de semana.
Enrique
Monterroso Madueño
No hay comentarios:
Publicar un comentario