EL UMBRAL 3-08-2025
La muerte por inanición en
Gaza-Palestina no marca el inicio del genocidio sino la fase final. Digo esto
porque estos días de agosto puede
parecer que se ha empezado a reaccionar ante la barbarie. No. El crimen ya se
ha consumado. Hablar ahora de derechos humanos es una forma de pretender
lavar nuestras conciencias mediante la
absolución de los cómplices porque en Gaza-Palestina el umbral del no retorno
ya se ha cruzado.
Efectivamente, en estos días/semanas
algo parece haber cambiado en el tratamiento político y mediático del tema.
Quienes hasta hace poco callaban o trataban de justificar lo injustificable
poniendo por delante los atentados de Hamás, empiezan ahora a reconocer la
barbarie. Organismos internacionales hablan directamente de hambruna.
Diplomáticos dejan entrever en sus calculadas expresiones que el sufrimiento de
gazatíes-palestinos es algo más que una consecuencia inevitable de toda guerra.
No, lo que sucede en Gaza-Palestina no es una guerra, es un exterminio. Medios
de comunicación que durante todo este tiempo se han negado a usar la palabra
genocidio ahora se atreven a mostrar imágenes de niños esqueléticos en la
antesala de su muerte por inanición.
¿ Qué ha sucedido para este
cambio? Esta repentina sensibilidad no es debida a un cambio de la situación
sobre el terreno, no es que haya más horror hoy que ayer. Es que el umbral de
impunidad se ha traspasado. Con la mayoría de las infraestructuras arrasadas,
con las escuelas y hospitales destruidos o cerrados, con un sistema sanitario
absolutamente colapsado, con el agua contaminada o inexistente, con la
agricultura arrasada, con el comercio de la nada, con la ayuda humanitaria
bloqueada o disparada, con la población desplazada , obligada a huir
despavorida dentro de un territorio cercado, el reconocimiento de la hambruna
no es un alerta temprana tipo dana. Todo lo contrario, es un reconocimiento
tardío. No estamos ante el inicio de una
fase crítica. El crimen lleva mucho tiempo perpetrándose. Por eso, denunciar
ahora el hambre y enseñar sólo las imágenes de madres llorando sobre cuerpos
diminutos ya no pone en riesgo nada. Porque el crimen ya se ha consumado, se ha
traspasado el umbral. Las fotos que hay que poner son las de sus responsables
ante la Historia para no olvidarlas pronto, pasado mañana.
El proyecto genocida ha
logrado sus objetivos estratégicos más inmediatos. Cuesta hasta trabajo hasta
el escribirlo o decirlo. Hoy no es que Gaza esté pasando por un momento crítico
y haya que correr en su ayuda. Gaza-Palestina ya ha sido destruida porque el
hambre es un arma de descomposición masiva , una forma de control que destruye
no sólo cuerpos sino vínculos sociales, normas compartidas y horizontes
comunes.
El hambre hace competir,
desconfiar, aislarse, pelear por un cazo
de lentejas. El hambre transforma cada día de vida en una guerra por la
supervivencia individual, rompe la posibilidad de cuidar , de organizar, de resistir. El norteamericano experto en seguridad
alimentaria Alex de Waal lo ha dicho
bien clarito : la inanición deliberada no sólo mata sino que produce un tipo
de muerte que debilita la capacidad misma de contarlo, de dejar memoria, de
reclamar reparación. El hambre disuelve lo común.
Es de lo que se trata, de
borrar la historia.
Enrique Monterroso Madueño
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