LEVANTAOS 1-03-2024
La vida pública y la publicada está saturada de
nombres propios al tiempo que se echa en falta más atención a las vidas
anónimas de las de andar por casa. La
semana está cargada de personajes con un nivel de podredumbre que no merecen
dedicarle un picotazo. Creo que me entienden. Prefiero decir algo de andaluces
anónimos que el pasado miércoles celebraban el día de Andalucía a pesar de que
su situación no tiene mucho que celebrar. Entiendo que hay dos formas
diferentes de acercarse a Andalucía, una es ensartar un rosario de perlas y
lindezas cargadas de suspiros y de emociones, que no está mal, pero hay que
hacerla compatible con la parte existencial. He escrito más de una vez que la
identidad de esta tierra no es tanto esencial como existencial; no tanto basado
en representaciones de “lo andaluz” sino basado en las condiciones reales de su
existencia midiendo y valorando su realidad. Precisamente hace unos días publicaba el Instituto Nacional de Estadística
(INE), la Encuesta de Condiciones de Vida por Comunidades Autónomas
La encuesta no tiene como objetivo echarnos a
pelear entre pueblos federados sino disponer de una fuente de referencia con
datos que sí permite : establecer un ránking de pueblos ricos/pueblos pobres o
con tasas de exclusión importantes, y
asumir que entre nosotros hay pobreza y desigualdad inaceptables, que la
cohesión social no es verdad y que hacen falta políticas sociales y económicas
que lleguen a las personas.
En el caso de Andalucía y a raíz de estos datos nos
damos de bruces nuevamente con un panorama que sigue situándose a la cola en
los diferentes parámetros que mide de nuestro país y en comparación con el
resto de comunidades. En cuanto a renta
por hogar, nos situamos como la penúltima comunidad, tras Extremadura, con una
diferencia respecto a la media de España del 14%. Un porcentaje que se eleva
hasta el 30% si nos comparamos con Madrid está que se sale .
Datos estos que no tienen visos de mejorar sino
lo contrario, la brecha se agranda años a año. Tampoco se vislumbran medidas
que corrijan esta tendencia de desigualdad entre comunidades. Aquí es
imprescindible una renta mínima de inserción que no llega, todo el tema de la
vivienda que es clave para hablar de justicia social , que la dependencia y
otras ayudas funcionen mejor y que los precios de los productos básicos se
controlen, que la sanidad pública se defienda con uñas y dientes y que nuestras
escuelas sean de verdad educadoras y formativas.
Así , junto a discursos y medallas , bueno es
recordar estas carencias en este 2024
que afectan a miles de andaluces que , de momento, no parecen muy animados a
levantarse y pedir lo que les corresponde en un país que aspira a estar
hermanado. Porque lo peor que nos puede pasar es que seamos autónomos ,pobres y
desiguales al mismo tiempo.
Atendamos a la invitación que nos hace nuestro
himno : ¡Andaluces,levantaos!
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