NO SOMOS TAN TONTOS 16-12-2022
Un breve y simple diagnóstico de la situación política en
España tiene que ver – en mi modesta opinión- con la educación y con la
pedagogía. Cuando hablo de educación no me refiero tan sólo a las formas de
comportarse, también a los principios que lleva implícitos como el respeto o la
moderación y el ejercicio de la razón frente a la demagogia o el insulto. Y
cuando hablo de pedagogía no me refiero tan sólo al método sino también a la
coherencia, al ejemplo que hay que dar desde el púlpito y a la sencillez y
humildad para explicar las cosas y ponerse a la altura de los gobernados que es
la ciudadanía entera, te voten o no.
Con frecuencia , diría que de forma casi permanente, los
españoles asisten atónitos al ruido producido en los distintos hemiciclos por los
que debieran ser servidores públicos y ejemplares ciudadanos , ruido servido a continuación por redes sociales y
otros altavoces para ser consumidos por todos nosotros con las entendederas de
que disponga cada cual para desbrozar e interpretar lo que se sirve como la
verdad. Sin entender la mayoría de las veces ni una papa de lo que vemos,
escuchamos o leemos. En esta circunstancia , el campo está abonado para la
manipulación y para el engaño, lo que en sí mismo supone un menosprecio de
nuestra inteligencia y la consideración de nuestra minoría de edad incapacitada
, según ellos, para entender lo que más convenga.
Así las cosas, si el discurso es ya enrevesado o muy alejado
de nuestros conocimientos previos imprescindibles para encontrar el significado
de nuevas situaciones derivadas de la actualidad - como la que acontece hoy mismo que escribo estas líneas referida a
la politización de la justicia-, uno
encuentra normal que los ciudadanos de a pie terminen fabricándose su propia
versión de los hechos que no entienden y elaborando su propia teoría que casi
siempre hace caso omiso de los argumentos que son sustituidos por su intuición
o por su olfato. Intuición u olfato que con frecuencia son catalogados como
propios de personas atrasadas o no culturizadas pero que nada hay más lejos de
la realidad pues la historia está llena de situaciones resueltas con acierto llevados
por un cierto sentido intuitivo y de capacidad para ver más allá de las
palabras bonitas o de las imágenes que les acompañan. ¡Que se lo digan al
pueblo andaluz , que sin títulos académicos ni otras competencias escolares
como les llaman ahora , preguntado en 1.980 por su voluntad para acceder a la
Autonomía fue capaz de dar respuesta de forma sabia a aquella famosa pregunta que se les
formulaba nada menos que desde el gobierno de la nación que decía : “ ¿Da
usted su acuerdo a la ratificación de la iniciativa prevista en el artículo 151
de la Constitución a los efectos de su tramitación por el procedimiento
previsto en dicho artículo?” Imaginen el corte de mangas que hicimos la
mayoría a tamaño insulto a nuestra nuestra inteligencia y a nuestra historia.
Contestamos sin dudarlo llevados de nuestra intuición y de nuestra capacidad
para dudar de quienes nos manejaban.
Al mismo tiempo pretendo añadir que , dada la dificultad para
distinguir la verdad del populismo o la manipulación , dado que para llegar al
final hay que conocer todo el relato que lo sustenta, todas las circunstancias
, todos los renglones torcidos, todos los intereses encubiertos de los
conflictos que nos asolan, es
absolutamente entendible que el grueso de las personas sustituyamos todo el proceso que habría que
elaborar para llegar a la opinión por una simpleza, por una frase corta, por un
eslogan , un meme reproducido por millones o, lo que es poco educado, por una
jaculatoria blasfema.
Desde entonces, desde aquello del referéndum andaluz, tengo yo más claro que la cosa no va de
conocimientos estrictos ni de títulos académicos cuando se trata de conformar
opiniones ante situaciones enrevesadas que nos llegan torticeramente de quienes
se empeñan por no ser honestos. Si pudiésemos leer hoy viernes 16 de Diciembre
todos los titulares de prensa /medios/ redes sobre el conflicto entre el poder
legislativo y el poder judicial nos haríamos tal lío que seríamos incapaces de
encontrar la verdad si es que existe; por el contrario , sería la confusión la
que prevaleciera. Esto lo sabían bien los aparatos de propaganda de los nazis
en Alemania antes y ahora en cualquier país por el que circule ese veneno.
Fíjense en uno de estos titulares : “ Recurso del PP a la desesperada : el
Constitucional decide in extremis si
frena el asalto del Gobierno a la Justicia “. O bien este otro “ Un Constitucional
caducado desde hace años por el boicot del PP decide si paraliza las leyes del
Congreso para desbloquear su
renovación”
Queda claro, ¿no? ¿ O es que somos tontos?
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