viernes, 7 de octubre de 2022

 

GUERRAS VARIAS                                                            

Hasta ayer mismo sentía la tentación   de hacer un comentario acerca de cuestiones relevantes que nos ofrece eso que llamamos la actualidad. Como la batalla fiscal  ideológica sobre los impuestos en este país que ha abierto Bonilla de manera tan insensata como inoportuna siguiendo los pasos de la madrileña como si Andalucía fuera Madrid anunciado a bombo y platillo que va a dejar de cobrar a  los que más tienen un “culillo” de 100 millones  para inmediatamente lloriquear al gobierno para que les dé más recursos para atender la res pública en forma de maestros o sanitarios y seguir haciendo política de la confrontación. Guerra sucia.

O como el problema de la sequía y sus consecuencias derivadas del cambio climático que lo tenemos delante y no queremos verlo. Se nos secan los humedales, los embalses, los ríos mientras seguimos baldeando calles y parterres. Mientras seguimos con el derroche de recursos .  Nos cuesta cambiar nuestros estilos de vida y mucha gente no percibe la gravedad de la situación. Nos cuesta la misma vida abandonar este modelo. Es una verdadera guerra contra la biosfera que nos acoge y a la que maltratamos . De traca la irresponsabilidad de todos nosotros.

O hablar del más que probable incremento de   la pobreza   y el frío invernal como consecuencia de los precios de la energía sin que hayamos llegado a entender un carajo del porqué estando como estamos inundados de energía del sol, del viento y otras fuentes estamos tan tan condicionados por el precio del gas como imprescindible para la producción industrial de electricidad, de energía , hecho este que va a originar situaciones de verdadera emergencia humanitaria para personas y empresas mientras esperamos, cruzados de brazos confiando en la falsedad de los mecanismos regulatorios del mercado a los que dediqué la semana pasada unas palabritas. Hay que declarar la guerra a los mercados y  arremangamos para tomar las riendas de nuestro futuro poniendo a las personas, a la vida en el centro en estos momentos tan oscuros y apretar, “ apreteu” como dijo el honorable catalán de cuyo nombre no me acuerdo ya.  Sí, apretemos en el sentido correcto antes de perder esta guerra desigual cuyo bando amigo es la pobreza energética, carestía de los alimentos e hipotecas.

O de la llegada del otoño y el reverdecer de la sempiterna cuestión de la educación de nuestra infancia y juventud que siempre, siempre es mejorable, desde Sebastopol hasta Marbella pasando por San Pedro, tema este  que bien merece no un gatillazo radiofónico sino un fuerte tirón de orejas a los responsables de la misma , y me refiero no sólo a los administradores de la cosa – que , son por supuesto los más- sino a los propios actores incluyendo a las familias, a su prole , al cuerpo profesoral que también forma parte del coro de las lamentaciones y cómo no a la sociedad que los circunda que anda tan despreocupada o despistada en otras cuestiones. Guerra pacífica y necesaria.

Todos estos grandes temas (guerras las estoy llamando)    por separados o juntos no igualan en mi opinión la gravedad del momento de hoy ante el nuevo giro anunciado por el gobierno ruso ( he decidido no pronunciar el nombre de su responsable) que va a tomar la guerra en Ucrania y  que provoca en mi un pesimismo existencial y un escalofrío. Cualquiera de los temas enunciados someramente son extraordinariamente serios por lo que  afectan a la ciudadanía. Pero la amenaza del ruso es de otra dimensión.

Para el Kremlin , convertir Ucrania  en una potencia militar directamente dirigida contra ellos es una amenaza existencial frente a la que no van a ceder tal y como ellos mismos han dicho. Frialdad , falta de moral y de escrúpulos no les falta. Perder esta guerra es perderse ellos mismos irremisiblemente. Una cuestión de vida o muerte para el ruso porque la opción de tomarse a broma o menospreciar una amenaza nuclear no existe. La anexión de las regiones ucranianas del sur  a Rusia significa que lo que hasta ahora el Kremlin venía  denominando “operación militar especial” pasa a ser una guerra. Una guerra en territorio ruso. Eso significa una cosa clara, que aumentará la intensidad de la barbarie con amenaza de utilización de armas de “ultimo recurso” como les llama a la bomba nuclear . Y tan último. El mensaje es inequívoco.

De manera que , por nuestra parte habrá que volver a la casilla de salida y plantearse de nuevo una línea maginot que recorra Europa de Norte a Sur junto al rio Dnieper y que mantenga un equilibrio que haga posible la  coexistencia pacífica como en otras épocas se llamaba al reconocimiento mutuo de la capacidad de aniquilarse mutuamente que tenían unos y otros. Y por parte de la población rusa , pragmática y conformista donde las haya, habrá que esperar a que sean ellos mismos quienes rompan de una vez  el contrato social entre poder y sociedad, que se rebelen y promuevan una ruptura en su propio feudo.

Como dijo en su día Madalaine Albraight de los americanos cuando le preguntaron por la guerra de Vietnam : “ por fin sabemos quienes son nuestros enemigos, somos nosotros mismos”.

P.D. Atentos a Italia este domingo. Podemos estar ante otra guerra, esta histórica.       

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  LA PESTE                    10-05-2024 Quo usque tándem abutere patienta nostra ? (¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia?). Esta e...