EUFORIA
PERO MENOS
Enrique Monterroso 6-05-2022
Pienso que no se puede estar todo el tiempo hablando,
escuchando, leyendo erre que erre que viene el lobo, que viene el lobo; como si
el lobo no estuviera ya aquí pastoreando las ovejas hace tiempo. En realidad no
dejaron de estar , primero con piel de cordero y desde hace unos años ya a pecho
palomo descubierto. Ocupan sus asientos con normalidad en las instituciones , a
donde han llegado democráticamente y desde este altavoz comparten soflamas incendiarias y reparten
veneno a tutiplén .
Pienso que el tema del espionaje a personan influyentes , con
ser grave, tiene también su hartazgo. Ya sabemos que hay cloacas en el Estado, que
siempre las hubo, incluso que en ocasiones como la presente parece que operan a su libre albedrío, como si
hubiera un estado dentro de otro Estado a cuyos representantes tienen cogidos
por sus partes más pudendas, como diciendo , aquí mandamos nosotros. Pero la
gente se cansa y cree que es otro asunto turbio más de la política. Y se
equivocan, es propio de una democracia de baja intensidad.
Y de igual forma pienso que no se
puede estar todo el tiempo diciendo que Putin es un hijo de su santa madre y echándole
la culpa de todo lo que se menea a la guerra de Ucrania sin cuestionarnos lo más mínimo qué
actores salen ganando y perdiendo en este conflicto. Si la guerra no se
detiene, eso tendrá consecuencias- ya lo estamos comprobando y sufriendo- a nivel comercial, en los precios, en la
carestía de vida y de las cosas de comer que , al fin y al cabo, es la munición
preferida ahora por quienes se aprovechan de la democracia para destruirla. La
inmigración, el feminismo, el anticatalanismo o los podemitas no tienen ahora la misma efectividad como
munición que el precio del pan o la gasolina.
No todo
pueden ser malas noticias. Es preciso, de cuando en cuando, salir al exterior y
respirar aire limpio. Por ejemplo estos días hemos podido comprobar el
entusiasmo, la alegría desbordada con la que multitud
de personas de toda edad y condición recibieron
la remontada que el fútbol español proporcionó
al superar de forma súbita un resultado
que se consideraba insuperable. Para que luego se diga que el fútbol no tiene
valores emocionales que curan depresiones, pandemias y crisis varias. Es una
máquina de generar sentimientos , ayuda a desconectar evadiéndonos de la
realidad tan incómoda siempre, invita a las personas a soñar , incluso a las
más desfavorecidas que de esa manera se sienten iguales que los más acomodados,
les ayuda a escapar de los problemas
diarios y abandonar cualquier intento de transformar la realidad que de esa manera queda a merced de los voceros y
vendedores de mantas.
Parecida euforia
que por la remontada deberíamos haber sentido esta semana al conocerse los datos muy positivos de la contratación laboral y el paro
registrado en nuestro país aunque no
será de extrañar que desde la acera de enfrente les pongan pegas pues ya se sabe que la primera obligación del
opositor es oponerse aunque te digan que
el paro registrado es el más bajo desde 2008; que se han firmado 700.000 contratos indefinidos
que antes de la Reforma Laboral eran basura
o que por primera vez se superan los 20
millones de contratos. Estos y otros registros no son el resultado de una sola
circunstancia pero ha debido ser decisivo el nuevo clima de diálogo, negociación y
acuerdos sociales que está logrando establecer el Gobierno la nación con la ministra de Trabajo como artífice
indiscutible de los mismos.
Ahora a esperar que acabe pronto la guerra y que empresarios
y Gobierno bajen la guardia , que sigan apoyando al máximo la actividad productiva y
no escuchando a quienes solo buscan obtener beneficios extraordinarios por la
vía de recortes salariales, bajada de impuestos o disminución del gasto público.
Ahora bien, las buenas
noticias en materia de empleo no deben ocultar que nuestra economía sigue en
zona de riesgo como consecuencia de peligros varios. Sobre todo uno , siempre
al acecho,
que es la fragmentación social que se está
produciendo con su correspondiente faceta política traducida en la maldad de
algunos partidos políticos a la hora de debilitar las instituciones
democráticas , impedir el llegar a acuerdos básicos y dificultar la convivencia
entre nosotros.
Como dijo el profesor
Fuentes Quintana en su célebre alocución a los españoles con motivo de los
Pactos de la Moncloa en 1977 : "las soluciones de los problemas económicos
nunca son económicas sino políticas”.
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