MILAGRO (1-10-2021)
La visión de la Tierra desde la Luna por los astronautas que
viajaron hasta allí desde Amstrong, Aldrin y Collins hasta los últimos
coinciden en una cosa : que la vida sobre la tierra es un milagro. A todos les
pareció que nuestro planeta, La Tierra, suspendida milagrosamente en el espacio
es una joya azul y blanca , una pequeña
pero brillante esfera azul celeste
adornada con velos blancos perdida en un espeso mar de misterio negro. Alguno
dejó escrito que es tal su belleza que nadie podría imaginar que en la corteza
de una cosa tan bella tuvieran lugar desastres naturales que provocaran dolor y
muerte o guerras entre sus habitantes.
Viendo salir la lava del volcán de La Palma, un pequeño
islote perdido en la inmensidad del Océano, siento lo mismo. La tierra es una
inmensa bola de fuego interno que sólo permite la vida en su corteza exterior
que tiene un espesor de muy pocos kilómetros. Que en esa delgada capa tenga
lugar todo lo que llamamos vida en cualquiera de sus manifestaciones , ya sea
vegetal o animal es ciertamente un milagro. Una sensación de pequeñez y de
fragilidad debieran presidir todos y cada uno de nuestros movimientos y de
nuestras actuaciones como seres vivos. Ya sabemos que no es así, que nuestras
preocupaciones son otras , desde la de usar y abusar de la naturaleza como si nos perteneciera como especie dominante a la idea de sentirnos inmortales desafiando
a la propia vida y perpetuarnos como dioses que todo lo pueden.
Evidentemente no todo es así y no todos nosotros los humanos
tenemos comportamientos parecidos pero , lejos de la más mínima autocrítica y
de reflexión sobre nuestros propios actos, no es exagerado decir que son la
ambición por tener y el consumo nuestras verdaderas preocupaciones, al menos en
esta parte de la tierra donde el problema no es la escasez sino la abundancia, no es el desarrollo equilibrado y justo para
todos sino la inflación ; no es una vida digna para todos sino la desigualdad y
el sufrimiento.
No
se puede relacionar la actividad de un volcán con cambios en el clima , al
menos en sus causas pero desgraciadamente sí en sus consecuencias. La atmósfera
retendrá por tiempo indefinido los gases que emite el volcán y los de su
solución en las aguas marinas con una
repercusión evidente para todos. En la Naturaleza nada desaparece, todo se
transforma aprendimos de pequeños.
Ciertamente
en La Palma hay riesgo y hay miedo porque la Tierra está viva y ruge por sus
costuras y amenaza las vidas y haciendas de los palmeros. Pero no sólo de los
palmeros. Fuera de La Palma podíamos decir que la especie humana en su conjunto
vive en un momento en que se enfrenta a la posibilidad de su propia destrucción
y extinción por las amenazas ciertas en el comportamiento del sistema tierra sin
que nosotros lo humanos sintamos miedo y el miedo se torne en valentía para
intentar evitarlo.
Conseguir
que las personas no sientan miedo ante lo que las amenaza , ante lo que las
mata lentamente es una victoria del sistema en el que vivimos , una manifestación humillante de la dominación y el poder del
capitalismo a quien poco o nada importa la incertidumbre de la vida de este
Planeta.
Hay otra forma de ver las cosas, de vivir en este Planeta que
justamente el volcán de Cumbres Viejas y un inevitable fenómeno climático
extremo nos permite soñar y reivindicar que es la de demostrar que aún existen esperanzas para la
cooperación, el apoyo mutuo, la empatía, la priorización de la vida creando una situación de visión comunitaria como los
habitantes de La Palma nos muestran.
A veces tengo la sensación de cada día que pasa somos más a
quienes nos gustaría que la vida en nuestro Planeta se correspondiera con esa
imagen de quietud, de serenidad, de equilibrio, de paz en suma que quienes
tuvieron la oportunidad de contemplarla desde el espacio, como los
astronautas, la describieron. Nada que
ver con los “volcanes” y “seísmos” que tienen lugar cada día sobre su faz ni
con la lava de fuego que vomitan, llena
de excesos, de desigualdades, de odios, de desesperanza.
Intentemos tejer con los demás compromisos para mirar la realidad
con otra mirada, cara a cara ; y luchemos por
apagar esos muchos “volcanes” que
nos llevan al abismo, que el de Cumbres Viejas se irá apagando cuando
corresponda.
Gracias
por estar ahí.
Enrique Monterroso Madueño
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